jueves, 3 de enero de 2013
Tolerar vrs. Aprobar
Según la Real Academia Española se dice que:
Tolerar: es respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.
Aprobar: es calificar o dar por bueno. Asentir a una doctrina o a una opinión.
Hace un mes, mas o menos…estaba viendo una entrevista en un programa de televisión de revista matutina que le hacían a un Pastor de una iglesia protestante en Estados Unidos. Y me llamo la atención cuando le preguntaron: ¿Por qué estaba en contra de los matrimonios gays? Y si no le daba pena decirlo en público por las opresiones del estado, los grupos a favor de los gays, el estado, etc..
El Pastor dijo que él no aprueba el matrimonio gay porque es un sacramento entre un hombre y una mujer, unidos para la procreación y ser la base de la familia.
Luego le dijeron: “Usted no tolera a los gays” y él contestó: “¡Un momento!, yo nunca he dicho eso”.
Luego explicó lo siguiente: “En Estados Unidos han desfigurado el significado de “aprobar”. El hecho de que una persona no esté de acuerdo con algo no significa que no tolere.”
Sobre esto viene mi post de esta semana. Vivimos en un mundo donde nos están obligando a aprobar todo lo que no va con nuestras creencias. No es lo mismo tolerar que aprobar.
Yo tolero las ideas, creencias, ideologías de los demás; lo cual no significa que las apruebe y eso no tiene nada de malo. No pueden obligar a alguien aprobar lo que no le gusta, pero si a tolerarlo.
En Estados Unidos quieren que uno apruebe todas las nuevas leyes que salen, si uno se opone lo llaman de intolerante, no se puede mezclar ambas definiciones, no son lo mismo.
El mismo Pastor dijo que él tenía muchos amigos gays y los respetaba, pero que no estaba de acuerdo con sus estilos de vida y eso es muy distinto.
Ahora reflexionemos estas frases en nuestras vidas; ¿A cuantas personas dejamos de tolerar porque no aprobamos su forma de ser?, ¿O las toleramos? No caigamos en esa descripción del Pastor sobre una sociedad que de verdad ya no tolera nada.
Cada persona es diferente, Dios nos hizo diferentes, cada persona es única y especial en su propia manera de ser. ¡Nos guste o no nos guste!
Aprendamos a tolerar al prójimo, seamos humildes con nuestras expresiones, opiniones, respetemos a los demás por el simple hecho que deseamos lo mismo, ser respetados.
Nadie es perfecto, y si toleramos al prójimo, aprenderemos a vivir en paz.
Pasa este pensamiento, compártelo y discútelo con quienes crees que carecen del entendimiento de tolerar o aprobar a una persona por como es. Cosas muy interesantes podrán salir de esa conversación y quién quita, un entendimiento que los puede llevar a una mejor relación.
Mantente firme con tus valores, tus creencias, NO APRUEBES lo que sabes que no va con la ley de Dios, pero si respeta a tu prójimo, toléralo.
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