No hay oración más potente que el AVE MARÍA, ya que ella será quién dirigirá esa batalla al final de los tiempos y es quién aplastará la cabeza de la serpiente. Repetir el Ave María dentro del Santo Rosario ayuda a que entremos en una profunda meditación de la vida de Jesús en cada misterio. Y a la vez, le regalamos una rosa a la Virgen María en cada oración. Por eso, rezar el Santo Rosario debe de hacerse sin distracciones. Un Rosario orado con fe es más potente que una bomba núclear.
Aprovecha y antes de comenzar a rezarlo, haz tus peticiones al Señor: de gracias, de perdón, de amor, de salud, de fe, de lo que quieras y luego concentrate en cada misterio. Una vez entrás en profunda dedicación a la oración verás que el tiempo vuela, y te enamorarás de esta bella devoción y tu vida cambiará. No hay duda de ello.
ORACIONES DEL SANTO ROSARIO
La Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El Credo
Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del Cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está a la diestra de Dios Padre; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna. Amén.
El Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te salve, María. Llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIAS (PUEDES HACER UNA DE LAS DOS O AMBAS)
Madre de Gracia
V. María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia.
R. En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora.
Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, sálvanos del fuego del infierno y guía todas las almas al Cielo, especialmente aquellas que necesitan más de tu misericordia. (Oración de Fátima).
SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
MISTERIOS DEL ROSARIO | ||
MISTERIOS GOZOSOS (lunes y sábado) 1. La Encarnación del Hijo de Dios. 2. La Visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel. 3. El Nacimiento del Hijo de Dios. 4. La Purificación de la Virgen Santísima. 5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo. MISTERIOS DOLOROSOS (martes y viernes) 1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto. 2. La Flagelación del Señor. 3. La Coronación de espinas. 4. El Camino del Monte Calvario. 5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor. |
MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo) 1. La Resurrección del Señor. 2. La Ascensión del Señor. 3. La Venida del Espíritu Santo. 4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos. 5. La Coronación de la Santísima Virgen. MISTERIOS LUMINOSOS (jueves) (1) 1. El Bautismo de Jesús en el Jordán. 2. La Autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná. 3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión. 4. La Transfiguración. 5. La institución de la Eucaristía. |
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1. Nuevos misterios propuestos por Juan Pablo II a la contemplación de los creyentes en la Carta Apostólica “Rosarium Virginis Mariae“ (16-10-2002.) Se llaman misterios de luz o misterios luminosos porque en su vida pública Cristo se manifiesta como misterio de luz: “Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo” (Jn 9, 5). Estos nuevos misterios se rezan el jueves, pasando la segunda contemplación de los misterios gozosos al sábado. |
Letania Lauretana
Señor, ten piedad de nosotrosCristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros
Dios Hijo redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios
Santa María, Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre virginal,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los ángeles,
Reina de los patriarcas,
Reina de los profetas,
Reina de los apóstoles,
Reina de los mártires,
Reina de los confesores,
Reina de las vírgenes,
Reina de todos los santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina elevada al cielo,
Reina del santísimo rosario,
Reina de las familias,
Reina de la paz,
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Oremos:
Te rogamos, Señor, que nos concedas a nosotros tus sievos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada Virgen María, seamos librados de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna alegría. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
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