En mayo de 1986, nuestro Santo Padre Juan
Pablo II, en el congreso de la Renovación Carismática dijo: “Cuando
tenía 11 años me entristecía cuando se me difícultaban los estudios.
Entonces mi padre me entregó esta oración y me dijo que la rezara y el
Espíritu Santo me iba a ayudar a comprender. Desde entonces hago esta
oración todos los días y he sabido lo mucho que ayuda”.
Oh Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo
Inspírame siempre, lo que debo pensar.
Lo que debo decir, cómo debo decirlo.
Lo que debo callar, cómo debo de actuar.
Lo que debo de hacer para la gloria de Dios, bien de las almas y mi propia santificación.
Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener,
método y facultad para aprender.
Sutileza para interpretar. Gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar.
Amén
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