jueves, 27 de diciembre de 2012

Un Seminarista en las SS



Gereon Karl Goldmann, sacerdote franciscano alemán. Siendo seminarista, fue reclutado por el ejército alemán, y colaboró en la conspiración contra Hitler. Fundador de la Academia de Música Sacra de Tokio y autor del libro: “The shadow of his wings”. En español: “Un Seminarista en las SS”.

El Padre Gereon Goldmann, O.F.M. fue un claro ejemplo de sacerdote que hizo propia su misión de Buen Pastor. Nació en el 10 de octubre de 1916 en la ciudad de Fulda, Alemania, en el seno de una familia católica y numerosa. Desde muy pequeño, gracias al testimonio de un franciscano misionero en Japón, tuvo la inquietud de ser sacerdote para poder ayudar a los demás. Entró al noviciado de los franciscanos en el año de 1936. En el verano de 1939 concluyó sus estudios de filosofía. La situación política de Alemania comenzó a cambiar en una dirección cada vez más autoritaria y los seminaristas fueron enrolados en el ejército.

En ese ambiente hostil en el que se encontraba juntamente con otros doscientos seminaristas de su campamento supo defender la fe e hizo ver la contradicción y falsedad que encerraba la ideología nazista. Fruto de ello fue que logró la conversión a la fe de muchos oficiales y soldados. Su liderazgo le llevó a formar parte de las SS en donde vio la oportunidad magnífica para predicar el evangelio a estos hombres que habían sido engañados. Lo supo hacer con buen tacto logrando así conversiones pero al mismo tiempo enemistades. Para poder seguir subiendo de cargo tenía que renegar de su fe firmando un documento, pero él se negó, lo que le ocasionó que le estuvieran cambiando de frentes o destinos.

Screen Shot 2012-12-27 at 16.31.39Lo que el Padre Goldmann sufrió en esos años de guerra y prisión, es el detalle que deseo que todos ustedes puedan leer en este libro tan inspirador. Es un verdadero testimonio de su vida donde él relata sobre el poder de la oración y la importancia del Santísimo Sacramento. Le costó ser sacerdote y lo logró gracias a la perseverancia y el amor al prójimo quienes se convierten en protagonistas de la historia.
Busquen el libro o descárguenlo de internet, vale la pena, se los recomiendo. Además de ser un libro inteligente, es entretenido, te mantiene queriendo saber que le puede pasar después al Padre y está lleno de espíritu.

Con esto quiero cerrar la importancia de los sacerdotes en el mundo, de lo que carecemos de ellos ahora en un mundo tan pagano. Oremos por nuevas vocaciones y para que el Espíritu Santo esté siempre en sus corazones y no caigan en tentación.

Les comparto este párrafo de cómo describen al Padre Goldmann:
“El P. Gereon Goldmann es un brote de muestra de lo que hace Cristo en sus sacerdotes y por medio de sus sacerdotes. Ellos se ofrecen voluntariamente para se las manos, los pies, la boca y el corazón de Cristo. La vida del sacerdote está llena de incomprensiones y de sacrificio que en la mayoría de ellos no se deja ver porque su donación y entrega generosa a la vocación a la que han siso llamados les lleva a estar olvidados de sí mismos para entregarse por la salvación de las almas. El mayor gozo de los sacerdotes es el poder dar gloria a Dios y alcanzar la salvación de las almas que le han sido confiadas. Una vez más, Cristo se hace presente hoy día en cada uno de sus sacerdotes dando su vida voluntariamente por sus ovejas, Él conoce a cada una por su nombre y las defiende de los lobos. “ Armando Villanueva, L.C. | Fuente: Virtudes y Valores

lunes, 17 de diciembre de 2012

Cómo rezar en familia la Corona de Adviento

Para que puedas rezar la corona de adviento en familia. Invita a todos los miembros de tu familia a que sean parte de la corona y que dejen sus propias peticiones personales.

Sabías que el círculo de la corona de adviento nos recuerda que Dios no tiene principio ni fin. Él es ETERNO.


 
+Primer domingo
Todos:
Hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
No dejemos que los acontecimientos que padece el mundo y la crisis que vive nuestro país nos hagan adormecer y perder conciencia de lo que sucede. Jesús viene a nuestro encuentro y nos dice: ¡permanezcan despiertos!

Oración inicial:
“Señor Jesús, queremos hoy armar la Corona de Adviento y encender la primer vela morada, para reconocerte como la luz del mundo que ha triunfado sobre las tinieblas y la muerte. Amén”.

Canto:
Entonamos una estrofa de algún canto de Adviento

Bendición de la corona:
“Señor, te pedimos que derrames tu bendición sobre esta corona, para que nos recuerde domingo a domingo que debemos estar despiertos esperando a Cristo que nos trae la salvación. No dejes que los males que nos rodean nos impidan comprometernos con la realidad para cambiarla. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.”

Oración frente a la corona:
(algún integrante de la familia enciende la primera vela morada). “Encendemos Señor esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche al encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús. Ven, Señor Jesús!”

Canto:
Entonamos otra estrofa del canto

Lectura del Evangelio:
Lucas 21:25-36.

Guía:
Palabra de Dios

Todos:
Te alabamos, Señor

Meditación:
Se puede hacer un momento de silencio para meditar la Palabra de Dios y dialogar en familia con esta pregunta: ¿Qué propósito nos puede ayudar a tener un corazón mejor dispuesto para recibir a Jesús en esta Navidad?

Peticiones:
A cada petición respondemos: ¡Ven, Señor, te esperamos!

-Para que tu luz nos haga salir de la oscuridad.

-Para que tu presencia nos quite los temores.

-Para que tus enseñanzas orienten nuestra vida.

Se pueden agregar otras peticiones/intenciones de la familia.

Rezamos juntos:
1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Oración final:
“Querida Madre, se te ha encomendado la misión de estar siempre despierta para atender a todas nuestras necesidades, particularmente cuando el peso de las responsabilidades nos agobian. Camina junto a nosotros en este Adviento. Amén”.





+Segundo domingo
Todos:
Hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
Al iniciar este segundo domingo de Adviento nos hemos reunido alrededor de la corona para dejarnos iluminar por la Palabra de Dios y rezar en familia, esperando con alegría que Jesús nazca en nuestro corazón.

Oración inicial:
“Señor Jesús, estamos cerca de vivir un gran acontecimiento: tu nacimiento en medio de nosotros. Juan el Bautista anunció tu llegada pidiendo a los hombres que se arrepintieran de corazón. Hoy, nosotros, arrepentidos, te pedimos perdón a Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén".

Canto:
Entonamos una estrofa de algún canto de Adviento

Oración frente a la corona:
(algún integrante de la familia enciende la segunda vela morada, además de la semana anterior). “Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando, florece el desierto. La humildad entera se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor. Ven, Salvador!"

Canto:
Entonamos otra estrofa del canto

Lectura del Evangelio: Lucas 3:1-6.

Guía:
Palabra de Dios

Todos:
Te alabamos, Señor

Meditación: Meditamos en silencio las palabras de Juan el Bautista y dialogamos en familia con esta pregunta: ¿Qué piedras encontramos en el camino a nuestro corazón que le impiden llegar a Jesús? ¿Por qué es necesaria la conversión para el perdón de los pecados?

Peticiones:
A cada petición respondemos: ¡Señor, cambia nuestro corazón!

-Porque somos egoístas y orgullosos.

-Porque nos cuesta perdonar las ofensas.

-Porque somos envidiosos y celosos.

Se pueden agregar otras peticiones/intenciones de la familia.

Rezamos juntos:
1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Oración final:
“Querida Virgen María, Tú sabes que nuestro camino al corazón está lleno de piedras, que no dejan que tu Hijo Jesús pueda venir a nosotros. Te pedimos tu ayuda para sacar estos obstáculos del camino y permitir que El pueda nacer en nosotros esta Navidad. Amén”.




+Tercer domingo
Todos:
Hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
La razón más grande de nuestra alegría es Jesús que ya está entre nosotros y esperamos su segunda venida. Este domingo nos recuerda que la Navidad que festejamos todos los años nos trae a la memoria, que Jesús vino al mundo a través de María.

Oración inicial: “Señor Jesús, no dejes que la alegría de tu presencia se borre de nuestro corazón, a pesar de los acontecimientos dolorosos que estamos viviendo en nuestra patria. Que la razón de nuestra alegría sea siempre el sentirnos amados por Ti. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”.

Canto:
Entonamos una estrofa de algún canto de Adviento

Oración:
“Señor Jesús, nosotros queremos ser portadores de alegría, llevando en nosotros mismos una profunda alegría, una alegría que tenga su fuente en la fe y en el amor que nos tiene el Padre Celestial. Oscuridades e inseguridades no nos pueden quitar la alegría. Señor, te pedimos que seas la causa de nuestra alegría. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.”

Oración frente a la corona:
(algún integrante de la familia enciende la vela rosa, además de las que ya se encendieron los otros dos domingos). “En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: el Señor va a llegar. Preparad sus caminos, porque ya se acerca. Adornad vuestra alma como una novia se engalana el día de su boda. Ya llega el mensajero. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor".

Canto:
Entonamos otra estrofa del canto

Lectura del Evangelio: Lucas 3:10-18.

Guía:
Palabra de Dios

Todos:
Te alabamos, Señor

Meditación:
Meditar en silencio las palabras de Juan el Bautista y dialogamos en familia con esta pregunta ¿Qué actitudes y gestos son las que alegran nuestro corazón?

Peticiones:
A cada petición respondemos: ¡Señor, que no perdamos la alegría!

-Cuando el dolor nos golpea y nos cuesta levantarnos.

-Cuando sentimos que somos despreciados y maltratados.

-Cuando nos falta el trabajo y el pan de cada día.

Se pueden agregar otras peticiones/intenciones de la familia.

Rezamos juntos:
1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Oración final:
“Querida Madre de Dios, que viviste con alegría los nueve meses de tu Adviento llevando al Niño Dios en tu seno, ayúdanos con tu oración para que no se borre nunca de nuestro corazón la alegría que nos trae Jesús. Amén”.




+Cuarto domingo
Todos: Hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
En el cuarto domingo de Adviento nuestros ojos miran a María, ya que se aproxima el momento en que dará a luz al Hijo de Dios. Por eso al lado de la corona vamos a poner una imagen de la Virgen con una vela encendida (que no sea ninguna de las velas de la corona).

Oración inicial:
“Señor Jesús, hoy la liturgia nos invita a mirar a María embarazada, que te ha llevado en su seno durante nueve meses y que pronto te dará a luz. Ayúdanos a vivir con fe este misterio llamado "Encarnación". Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén".

Canto:
Entonamos una estrofa de algún canto de Adviento

Oración: "Señor Jesús, nuestros corazones y también nuestro hogar te abren las puertas, para que así como entraste en el seno de María, puedas entrar en nuestra vida personal y familiar. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén".

Oración frente a la corona: (algún integrante de la familia enciende las cuatro velas de la corona tomando luz de la vela que está delante de la Virgen). “Al encender estas cuatro velas, en el último domingo de Adviento, pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre. Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. En sus brazos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. ¡Ven pronto, Señor. Ven a salvarnos!"

Canto:
Entonamos otra estrofa del canto

Lectura del Evangelio:
Lucas 1:39-45.

Guía:
Palabra de Dios

Todos:
Te alabamos, Señor

Meditación:
Meditamos en silencio y dialogamos en familia con esta pregunta: ¿Cuáles son los motivos por los que Isabel se alegra ante la visita de María?

Peticiones:
A cada petición respondemos: ¡Virgen María, danos a Jesús!

-En este momento de dolor y angustia que vive nuestra patria.

-En esta Navidad que hemos venido preparando en familia.

-En los momentos en que sentimos la tentación de abandonar todo.

Se pueden agregar otras peticiones/intenciones de la familia.

Rezamos juntos:
1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Oración final:
“Querida Madre de Dios, te pedimos que nos hagas sentir aquella misma alegría y gozo que sentiste al dar la vida humana a Jesús. Nuestra familia quiere llevar esta felicidad a todas las personas que más sufren. Amén”.



Celebración para la Noche de Navidad
(Antes de comenzar a cenar y brindar)

Todos:
Hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
Esta Navidad queremos aprovecharla como un tiempo de gracia, para sentir que Dios quiere habitar en este hogar y nacer en cada uno de nuestros corazones.

Oración inicial:
“Concede, Señor todopoderoso, que hoy brille para nosotros y todas las familias del mundo, la luz de tu Palabra. Amén”.

Canto: Entonamos una estrofa de algún canto conocido

Encendemos la Corona de Adviento y una vela blanca:
Encendemos las cuatro velas de la Corona de Adviento y una vela blanca que ponemos al lado de la imagen de la Virgen (en el pesebre).

Canto: Entonamos algún alegre villancico mientras nos disponemos a agregar al Niño Dios en el pesebre. Cuando ponemos al niño, todos aplaudimos.

Lectura del Evangelio: Lucas 2:1-14.

Guía:
Palabra de Dios

Todos:
Te alabamos, Señor

Meditación:
Leer pausadamente la siguiente meditación.

"Esperábamos la gloria deslumbrante del Señor y tú nos mandaste un tierno niño, en el silencio de la noche. Esperábamos un guerrero y tú nos has enviado un príncipe de la paz. Esperábamos al Dios fuerte y omnipotente, y tú nos has dado un manso cordero. Teníamos mucho miedo y tú nos has dado el amor, la paz y la vida. Esperábamos recibir mucho de ti y tú has superado nuestra capacidad y deseo, tú mismo te nos has dado, todo entero y para siempre"

Peticiones: Mientras el Niño Dios pasa de mano en mano, la persona que le toca tenerlo, hace una petición y todos responden: ¡Hoy nos ha nacido el Mesías, el Señor!

Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Oración final:
“Hoy la Virgen da a luz al Trascendente. Y la tierra ofrece una cueva al inaccesible. Los ángeles y los pastores le alaban. Los magos caminan con la estrella; porque ha nacido por nosotros, niño pequeñito, el Dios de antes de los siglos. Amén"

Canto: Terminamos con un canto mientras disponemos en el centro de la mesa familiar la Corona de Adviento con sus cuatro velas encendidas (más la quinta vela blanca también encendida cerca de la Virgen y el Niño Jesús, en el pesebre).



Celebración para la Noche de Año Nuevo
(Antes de comenzar a cenar y brindar)


Todos:
Hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
Antes de que comiencen los festejos dando la señal que un año más ha finalizado y comienza uno nuevo, vale la pena, iluminados por la luz del Señor, hacer un sencillo balance de lo que ha significado para cada uno de nosotros el año viejo y lo que esperamos para el año nuevo.

Oración inicial:
“Señor, te damos gracias por el año que termina, porque a pesar de tantas dificultades y tropiezos en todos los casos hemos mantenido la fidelidad y la fe. Te pedimos al comenzar este nuevo año que nos bendigas en abundancia. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén”.

Encendemos la Corona de Adviento y marcamos en las velas la cifra del año:
Colocamos la Corona de Adviento en la mesa familiar y a cada vela le ponemos un número correspondiente al año nuevo que va a comenzar en pocos días. Encendemos las cuatro velas de la corona. Poco antes de las doce de la noche, encendemos la quinta vela de color blanco (que está junto al pesebre desde Navidad o que hemos colocado en el centro de la corona).

Lectura:
del libro del Eclesiastés 3:18

Guía:
Palabra de Dios

Todos:
Te alabamos, Señor

Meditación:
Después de meditar en silencio la lectura, invitamos a todos a sentarse alrededor de la Corona de Adviento y que cada uno exprese "lo que ha significado el año viejo y lo que espera para este nuevo año".

Peticiones:
Damos gracias a Dios por todo lo que hemos recibido en este año que termina. Respondemos: ¡Te damos gracias, Señor!

-Por los momentos de dolor que nos ayudaste a superar. Oremos.

-Por los alimentos que siempre estuvieron presentes en nuestra mesa. Oremos.

Se agregan otras peticiones/intenciones de la familia.

Rezamos juntos:
1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Nos damos la paz y el perdón:
El primer día del año, la Iglesia celebra la "Jornada Mundial de la Paz", por eso es apropiado que en este momento nos demos mutuamente la paz y nos pidamos perdón por las veces que nos hemos ofendido.

Oración final: “Señor, Creador del Universo, al comenzar este nuevo año, queremos ser en tus manos instrumentos de tu paz: para que donde haya odio, sembremos amor; donde haya ofensa, perdón; donde haya duda, fe; donde haya desaliento, esperanza; donde haya tristeza, alegría. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén."

Canto:
Terminamos con un canto

sábado, 15 de diciembre de 2012

El evangelio secreto de la Virgen María


Hace poco terminé de leer un libro que me prestaron sobre el Evangelio secreto de la Virgen María por el Padre Santiago Martín.

La Virgen María es querida y venerada por millones de fieles católicos. Para otros, en cambio, es un obstáculo al ecumenismo, debido a los recelos que hacia ella sienten buena parte de las otras Iglesias. Casi todos, sin embargo, parecen desconocer las experiencias y dificultades que ella debió atravesar para llevar a cabo la misión de ser madre, educadora y fiel discípula de Cristo. Este libro se hace eco de una antiquísima tradición de la Iglesia y recoge las experiencias de la Virgen, narradas a san Juan, el discípulo de su Hijo que Él destinó a cuidarla en el ocaso de su vida. Nos muestra el rostro de una mujer valiente, que ha amado y sufrido mucho, que ha visto cómo mataban a su único hijo y que ha sido capaz de resistir la prueba sin perder ni la fe ni la esperanza.

Me pareció un libro tan lleno de sabiduría, instructivo y conmovedor. Dentro del libro, el Padre Martín explica cómo se llega a obtener estos escritos y al final de éste deja que el lector tome su propia decisión de “creer o no creer” lo leído. Pero independientemente de esta decisión, para mi, fue alentador, sorprendente y muy necesario.

El detalle de descripción de la vida de María, sus padres, su amado José y cómo fue el niño Jesús en su crecimiento como persona y como Dios.

En este tiempo de Adviento, es bueno hacer lectura constructiva que alimente al alma y corazón para hacernos mejores personas. ¡Se los recomiendo!

jueves, 6 de diciembre de 2012

La Concepción Inmaculada de María


Por medio de ella y en ella comenzó el cristianismo.
Conoce le Dogma para reflexionar:

Cada 8 de diciembre, la Iglesia celebra el dogma de fe que nos revela que, por la gracia de Dios, la Virgen María fue preservada del pecado desde el momento de su concepción, es decir desde el instante en que María comenzó la vida humana.

El 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX proclamó este dogma:
“…declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles…”

(Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)
María es la “llena de gracia”, del griego “kecharitomene” que significa una particular abundancia de gracia, es un estado sobrenatural en el que el alma está unida con el mismo Dios. María como la Mujer esperada en el Protoevangelio (Gn. 3, 15) se mantiene en enemistad con la serpiente porque es llena de gracia.

Las devociones a la Inmaculada Virgen María son numerosas, y entre sus devotos destacan santos como San Francisco de Asís y San Agustín. Además la devoción a la Concepción Inmaculada de María fue llevada a toda la Iglesia de Occidente por el Papa Sixto IV, en 1483.

El camino para la definición dogmática de la Concepción Inmaculada de María fue trazado por el franciscano Duns Scotto. Se dice que al encontrarse frente a una estatua de la Virgen María hizo esta petición: “Dignare me laudare te: Virgo Sacrata” (Oh Virgen sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti).

Y luego el franciscano hizo estos cuestionamientos:
1. ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original? 
Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él.
2. ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original?
Sí, Dios lo puede todo, y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.
3. ¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? 
Todos respondieron: Lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.
Entonces Scotto exclamó:
Luego
1. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.
2. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha
3. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace.
La Virgen María es Inmaculada gracias a Cristo su hijo, puesto que Él iba a nacer de su seno es que Dios la hizo Inmaculada para que tenga un vientre puro donde encarnarse. Ahí se demuestra cómo Jesús es Salvador en la guarda de Dios con María y la omnipotencia del Padre se revela como la causa de este don. Así, María nunca se inclinó ante las concupiscencias y su grandeza demuestra que como ser humano era libre pero nunca ofendió a Dios y así no perdió la enorme gracia que Él le otorgó.

La Inmaculada Virgen María nos muestra la necesidad de tener un corazón puro para que el Señor Jesús pueda vivir en nuestro interior y de ahí naciese la Salvación. Y consagrarnos a ella nos lleva a que nuestra plegaria sea el medio por el cual se nos revele Jesucristo plenamente y nos lleve al camino por el cual seremos colmados por el Espíritu Santo.

Fuente: ACI Prensa

sábado, 1 de diciembre de 2012

En Adviento recordamos que nuestra vida se orienta al rostro de Dios, afirma el Papa



En su meditación previa al rezo del Ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI recordó que hoy –con el inicio del Adviento- comienza un nuevo Año Litúrgico para la Iglesia y pidió a los fieles esperar el nacimiento de Cristo con la certeza de que toda la vida se orienta al encuentro con Dios.

“Hoy iniciamos con toda la Iglesia el nuevo Año Litúrgico: un nuevo camino de fe, que hay que vivir juntos en las comunidades cristianas, pero también –como siempre- para recorrerlo al interno de la historia del mundo, para abrirla al misterio de Dios, a la salvación que viene de su amor. El Año litúrgico inicia con el Tiempo de Adviento: tiempo estupendo en el cual se despierta en los corazones la espera del regreso de Cristo y la memoria de su primera venida, cuando se despojó de su gloria divina para asumir nuestra carne mortal”, afirmó el Papa según informa Radio Vaticana.

Así mismo, reflexionó sobre el Evangelio de hoy. “‘Estén atentos’. Este es el llamado de Jesús en el Evangelio de hoy. Lo dirige no sólo a sus discípulos, sino a todos: ‘Estén prevenidos’ (Mc 13,37). Es un llamado saludable a recordarnos que la vida no tiene sólo una dimensión terrena, sino que está proyectada a un ‘más allá’, como una plantita que germina de la tierra y se abre hacia el cielo. Una plantita pensante, el hombre, dotado de libertad y responsabilidad, por la que cada uno será llamado a dar cuenta de cómo ha vivido, de cómo ha utilizado sus propias capacidades: si se las ha guardado para sí o si las ha hecho fructificar también para el bien de los hermanos”.

“También Isaías, el profeta del Adviento, nos hace reflexionar hoy con una oración afligida, dirigida a Dios en nombre de su pueblo. El reconoce las faltas de su gente, y a un cierto momento dice: ‘No hay nadie que invoque tu Nombre, nadie que despierte para aferrase a ti, porque tú nos ocultaste tu rostro y nos pusiste a merced de nuestras culpas’ (Is 64,6)”.

“¿Cómo no quedar conmovido por esta descripción? Parece reflejar ciertos panoramas del mundo post-moderno: las ciudades en donde la vida se vuelve anónima y horizontal, en donde Dios parece ausente y el hombre el único patrón, como si fuera él el artífice y el director de todo: las construcciones, el trabajo, la economía, los transportes, las ciencias, la técnica, todo parece depender sólo del hombre. Y a veces, de este modo, que parece casi perfecto, suceden cosas sorprendentes, o en la naturaleza, o en la sociedad, por las cuales nosotros pensamos que Dios se haya como retirado, nos haya –por así decirlo- abandonado a nosotros mismos”, afirmó.

El Papa recordó que “el verdadero ‘patrón’ del mundo no es el hombre, sino Dios. El Evangelio dice: ‘Estén atentos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de la casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue al improviso y los encuentre dormidos’ (Mc 13, 35-36). El tiempo de Adviento viene cada año para recordarnos esto, porque nuestra vida encuentre nuevamente su justa orientación, hacia el rostro de Dios”.

“El rostro no de un ‘patrón’, sino de un Padre y de un Amigo. Con la Virgen María, que nos guía en el camino del Adviento, hagamos nuestras las palabras del profeta: ‘Porque tú, Señor, eres nuestro Padre, nosotros somos tu arcilla y tú nuestro alfarero, ¡todos somos la obra de tus manos! (Is 64,7)’”.

jueves, 29 de noviembre de 2012

¡Que ironía! los que están a favor del aborto: ¡Nacieron!


Hace unos 2 días vi la trasera de un bus que llevaba un anuncio publicitario a favor del aborto de un grupo feminista en El Salvador. Me dio tanta cólera porque quienes están a favor NO son mujeres que han sido violadas y por consecuencia quedan embarazadas…¿Cuánto es el porcentaje de ello?, el 90% de las mujeres a favor del aborto son mujeres que simplemente quedan embarazadas y no desean al bebé por “x” razón y quieren justificar o ser justificadas por cometer un delito.

Yo no tengo NADA en contra de las organizaciones feministas si están a favor de la paz, mejora y dignidad de la mujer…pero de “dignas” no tienen nada. Una mujer digna comienza con respetarse a si misma, lo cual significa respetar su cuerpo también; por ende no es ser objeto sexual para nadie.
Pero si nos seguimos comportando como “Evas”, entonces ¿De qué nos quejamos?

Esta bien luchar por el derecho de la mujer, defenderla contra la violencia, pero entonces ahí es donde no me hace click toda la onda de ellas… Si queremos evitar ser maltratadas por los hombres, primero tratémonos bien, nosotras mismas; si queremos que no haya violencia intrafamiliar, no comencemos ASESINANDO a los bebes no nacidos, ahí tú mujer ya cometiste el primer acto de violencia.

Si luchas por la justicia, se justa contigo misma primero
Si luchas por amor, amate tú primero
Si luchas por que te valoren, valórate tú primero

No nos quejemos, si somos las primeras en no valorar a una mujer desde que esta en el vientre de su madre, ese bebé puede ser mujer y tu la estas matando sin darle la oportunidad de ser quien debe de ser.

Si tú luchas por la vida de una mujer, respeta a todas las mujeres primero, nacidas y no nacidas….y NO olvides que para tener un bebé necesitas de UN HOMBRE, ese hombre con el que estás luchando en contra.

Antes de iniciar una relación, fíjate primero que sea un hombre que te respeta, que te pone primero y valora tu opinión, que te ama. Si no, no te metas por pasión, la pasión es ciega, sorda y muda y por eso terminas dentro de una mala relación.

Apóyate en Dios y no en otras mujeres que no saben, ni se interesan por ti como ser humano. La naturaleza de la mujer es ser envidiosa, inconforme y por eso nos cuesta hacer amigas (nos es más fácil llevarnos con hombres que con nosotras mismas) hay más hermandad entre hombres que entre mujeres. La única mujer perfecta que te puede dar los mejores consejos está en el cielo y solo ella puede interceder por ti. No quiero que me mal interpreten pensando que hablo en general porque si hay mujeres extraordinarias pero estás mujeres extraordinarias jamás te darán un consejo de venganza, de ego, ni de soberbia. Una buena mujer digna te ayudará a ser mejor persona, a amar la vida, a no resentir, a que luches por superarte a verte en paz y feliz.

Digno-na viene del latín dignus que significa, merecedor de algo.

Si estas a favor del aborto, no te mereces la vida, no eres digna. No es cuestión de libertad, de “es mi cuerpo”, ¡NO! Tu cuerpo merece respeto, comienza por ti misma. Si sabes que una relación sexual tiene consecuencia, asumela así como asumiste estar lista para dicha relación sexual. Si estos grupos feministas están a favor de salvarte la vida (de ayudarte) que sean congruentes y no te conviertan en asesina y no te ayuden a salvar la vida que llevas dentro. ¿Ves cómo tiene sentido?

Si ya cometiste el pecado de asesinar un bebé no nacido, sabrás el arrepentimiento y dolor que viene con ello, tal vez, no ahora, ni mañana, pero si ten seguro que pronto te llegará y cuando te llegue te tragará por completo.

Si necesitas ayuda, búscala donde veas y sientas ¡PAZ! Donde hay paz, ahí esta el amor de Dios. Dios es él único que te dará la sabiduría para avanzar en tu vida, si no quieres ir a una iglesia o con tu familia hay centro que te apoyan y te guían con AMOR.



Para quienes son madres y andan en estas organizaciones, no le des el mal ejemplo a tus hijos de buscar la vía fácil, mejor edúcalos con amor, enséñales valores morales y evita a que se conviertan en esos hombres que no respetan a la mujer.
Si tienes hijas, enséñales a que se den a respetar, vístelas decente, dales amor, se un ejemplo a seguir.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Razones para la alegría. Da una sonrisa.

 
Si yo tuviera que pedirle a Dios un don, uno solo; le pediría, creo que sin dudarlo, que me concediera el supremo arte de la sonrisa. Es lo que más envidio en algunas personas. Es, me parece, la cima de las expresiones humanas.

Hay, ya lo sé, sonrisas mentirosas, irónicas, despectivas y hasta ésas que en el teatro romántico llamaban «risas sardónicas». Son ésas de las que Shakespeare decía en una de sus comedias que «se puede matar con una sonrisa». Pero no es de ellas de las que estoy hablando. Es triste que hasta la sonrisa pueda pudrirse. Pero no vale la pena detenerse a hablar de la podredumbre.

Hablo -más bien- de las sonrisas que surgen de un alma iluminada, ésas que son como  el refusilo de un relámpago en la noche, como el efecto que produce en los oídos el correr del agua de una fuente en un bosque solitario, ésas que milagrosamente vemos surgir en el rostro de un niño de ocho meses y que algunos humanos -¡poquísimos!- consiguen conservar a lo largo de toda su vida.

Me parece que esa sonrisa es una de las pocas cosas que Adán y Eva lograron sacar del paraíso cuando los expulsaron y por eso cuando vemos un rostro que sabe sonreír tenemos la impresión de haber retornado por unos segundos al paraíso. Lo dice estupendamente Rosales cuando escribe que «es cierto que te puedes perder en alguna sonrisa como dentro de un bosque y es cierto que, tal vez, puedas vivir años y años sin regresar de una sonrisa». Debe ser, por ello, muy fácil enamorarse de personas que posean una buena sonrisa. Y ¡qué afortunados quienes tienen un ser armado en cuyo rostro aparece con frecuencia ese fulgor maravilloso!

Pero la gran pregunta es, me parece, cómo se consigue una sonrisa. ¿Es un puro don del cielo? ¿O se construye como una casa? Yo supongo que una mezcla de las dos cosas, pero con un predominio de la segunda. Una persona hermosa, un rostro limpio y puro tiene ya andado un buen camino para lograr una sonrisa fulgidora. Pero todos conocemos viejitos y viejitas con sonrisas fuera de serie. Tal vez las sonrisas mejores que yo haya conocido jamás, las encontré precisamente en rostros de monjas ancianas: la madre Teresa de Calcuta y otras muchas menos conocidas.

Por eso, yo diría que una buena sonrisa es más un arte que una herencia. Que es algo que hay que construir, pacientemente, laboriosamente.

¿Con qué? Con equilibrio interior, con paz en el alma, con un amor sin fronteras. La gente que ama mucho sonríe fácilmente. Porque la sonrisa es, ante todo, una gran fidelidad interior a sí mismos. Un amargado jamás sabrá sonreír. Menos un orgulloso. Un arte que hay que practicar terca y constantemente. No haciendo muecas ante un espejo, porque el fruto de ese tipo de ensayos es la máscara y no la sonrisa.

Aprender en la vida, dejando que la alegría interior vaya iluminando todo cuanto a diario nos ocurre, e imponiendo a cada una de nuestras palabras la obligación de no llegar a la boca sin haberse antes bañado en la sonrisa.

Esto lo aprendí yo de un viejo profesor mío de oratoria. Un día nos dio la mejor de sus lecciones: fue cuando explicó que si teníamos que decir en un sermón o una conferencia algo desagradable para los oyentes, que no dejáramos de hacerlo, pero que nos obligáramos a decir todo lo desagradable sonriendo.

Aquel día aprendí yo algo que me ha sido infinitamente útil: todo puede decirse. No hay verdades prohibidas. Lo que debe estar prohibido es decir la verdad con amargura, con afán de herir. Cuando una sola de nuestras frases molesta a los oyentes (o lectores) no es porque ellos sean egoístas y no les guste oír la verdad, sino porque nosotros no hemos sabido decirla, porque no hemos tenido el amor suficiente a nuestro público como para pensar siete veces la manera en la que les diríamos esa agria verdad, tal y como pensamos la manera de decir a un amigo que ha muerto su madre. La receta de poner a todos nuestros cócteles de palabras unas gotitas de humor sonriente suele ser infalible.

Y es que en toda sonrisa hay algo de transparencia de Dios, de la gran paz. Por eso me he atrevido a titular este comentario hablando de la sonrisa como de un sacramento. Porque es el signo visible de que nuestra alma está abierta de par en par.

Padre José Luis Martín Descalzo, "Razones para la alegría"
 

lunes, 19 de noviembre de 2012

Los 10 mandamientos de la esposa y el esposo



La semana pasada tuvimos la bendición, mi esposo y yo de ir a unas charlas matrimoniales y fue muy interesante ver con los ojos de amor con el cual Dios creo el matrimonio.
A veces se nos olvida cuidar de la pareja, por estar atrapados en el día a día. Poco a poco iré contándoles varios puntos importantes que salieron de ahí. Pero ahora quiero compartirles los 10 mandamientos de la esposa y del esposo.

10 mandamientos de la Esposa

  1. No lo regañarás
  2. Gastarás el dinero de tu esposo con sabiduría y cuidado
  3. Guardarás tu lengua, no dirás chismes
  4. No estarás comparando a tu esposo con otros hombres, ni te estarás recordando constantemente de los hombres con quienes pudiste haberte casado
  5. No serás líder de tu esposo
  6. No poseerás un espíritu celoso
  7. Mimarás a tu esposo haciéndole todas esas cosas que para él significan mucho
  8. Con diligencia te mantendrás atractiva a ti misma y a tu hogar, recordando que no solo debes ganar el amor de tu esposo, sino que además mantenerlo.
  9. Adquirirás las virtudes de la mujer y las valorarás mas que a la vida misma
  10. Tu relación con Dios deberá ser genuina, con profunda fe y confianza en Él.

10 mandamientos del Esposo.

  1. Recordarás que debes asumir la responsabilidad del hogar
  2. Compartirás tus horas libres con tu esposa y familia, recordando que la familia que comparte permanecerá unida
  3. Tendrás tu confianza en tu esposa y compartirás tus planes con ella, recordando que ella es tu pareja y no tu empleada
  4. Estarás en tu casa con alegría y evitarás tener un espíritu de censura y crítica
  5. No aturdirás o criticarás a tu esposa ante tus amigos y familiares, no permitirás a nadie que la critique en tu presencia ni lo pasaras por alto.
  6. No desestimaras a tu esposa, sino que mantendrás el amor de ella de la misma forma como ganaste su amor
  7. Vivirás una vida de pureza moral
  8. Nadie ocupara el lugar de tu esposa, excepto Dios
  9. Darás a Dios su lugar, el primer lugar en tu corazón y hogar
  10. Proveerás las necesidades de la vida de tu familia y no serás tacaño 

jueves, 15 de noviembre de 2012

La vida interior que debemos pedir al Señor



Dice Santa Faustina: “Hoy pedí al Señor que se dignara instruirme sobre la vida interior, porque de por mí no alcanzo a comprender nada ni pensar en nada perfecto. Y el Señor me contestó:"

“He sido tu Maestro, lo soy y lo seré. Procura que tu corazón se asemeje a Mi Corazón manso y humilde. No reclames nunca tus derechos. Soporta con gran calma y paciencia todo lo que te pase; no te defiendas cuando toda la vergüenza recaiga sobre ti injustamente; deja que triunfen los demás. No dejes de ser buena si adviertes que abusan de tu bondad; cuando sea necesario Yo Mismo intervendré en favor de ti. Agradece por la más pequeña gracia mía, porque esta gratitud Me obliga a concederte nuevas gracias…” Diario 1701

!Esto es verdad¡ el Señor nos recompensa de la mejor manera y a su tiempo todos nuestros sacrificios. A veces nos desesperamos y sentimos que el orgullo y soberbia es más fuerte que la humildad, pero Jesús nos dice de ser mansos, no “mensos”; aunque a veces por no caer en “mensos” nos pasamos de listos y resalta el orgullo.

Dios es justo y si buscamos recompensa inmediata en la tierra la tendrás, pero hasta allí llegarás. Si buscas entrar al reino de los cielos, y esperar ser intervenido por el Señor en su tiempo, lo recibirás y que mayor recompensa que esa.

Y cuando te digo que es verdad es porque ya lo viví. Yo le pedí al Señor que cambiara una situación en mi vida, y se lo pedí por dos, casi tres años, Él sabía lo que me causaba y la impaciencia con la que yo la solicitaba y siempre me respondía: “Confía en MI”.

¡Ah¡ que cuesta creer en ese “Confía en Mi” cuando estas desesperado, pero como siempre, las cosas las entendemos (su propósito) hasta que ya salimos de la situación y pasó el tiempo. Ahí comprendemos porque hay cosas que no deben de pasar cuando queremos.

Tres veces me dijo: “Confía en mi” y la última vez que me lo dijo me incluyo: “Saldrás victoriosa porque yo estaré a tu lado”. En nombre del Señor, así fue y así salí, aunque en el momento que pasaba lloraba desesperada pero luego entendí y volví a vivir su Misericordia, me deje llevar con fe y baje la cabeza y fue ahí que se manifestó y cambió para mejorar la situación que ya no deseaba. Claro, yo buscaba detrás del confía en mi, el ¿cómo lo va hacer?, ¿Cuándo?, ¡Necesito otra respuesta! Pero he ahí la paciencia, mansedumbre y obediencia, me apoye en ellas y logré ¡Confiar en Él! Esa es la vida interior que debemos de luchar por tener.

Hoy sé porque tardó casi tres años…antes NO era mi tiempo, hoy lo cuento porque es un testimonio de obediencia, hay que saber esperar en El Señor.
Bendiciones,

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Cómo formar un delincuente

 


Muchos padres temen castigar y reprender a sus hijos por temor a que el chico llore o se ponga triste. De esta manera muchos niños crecen sin norma de ningún tipo y se comportan de la misma manera en la sociedad. Muchos comportamientos delictivos tienen su base en la blandura de unos padres que no supieron educar.

La Dirección General de la Policía de Seattle (Washington) publicó un escrito, cuyo título he puesto como cabecera. Dice así:

Si queréis hacer de vuestro hijo un “delincuente”:
  • Dadle desde la infancia todo lo que quiera: Así llegará a mayor, convencido de que el mundo entero le debe todo.
  • Si dice tonterías, reíd: Así creerá que es un gracioso.
  • No le déis ninguna formación espiritual: Cuando sea mayor de edad, ya escogerá.
  • No le digáis nunca: Eso está mal. Podría crearse complejos de culpa. Y más tárde, cuando, por ejemplo sea arrestado por robar un coche, estará convencido de que es la sociedad quien le persigue.
  • Recoged todo lo que él tira por los suelos. Así se convencerá de que todos están a su servicio.
  • Dejadle leer todo: Desinfectad su vajilla, pero dejad que su espíritu se recree en cualquier torpeza.
  • Discutid siempre delante de él. Cuando vuestra familia esté destrozada, él no se dará por enterado.
  • Dejadle todo el dinero que quiera. Así ni siquiera sospechará que debe trabajar para poder disponer de dinero.
  • Que todos sus deseos estén satisfechos. ¡De otro modo resultará un frustrado!
  • Dale siempre la razón: Así creerá que los profesores, la gente y la ley le están siempre deseando el mal.
Y cuando haya llegado a ser un verdadero desastre: Proclamad que nunca habéis podido hacer nada con él.
Os habéis preparado una vida de dolores. Y seguramente los tendréis.

Extraído del blog: Soñad y os quedareis cortos

martes, 13 de noviembre de 2012

Frases para reflexionar nuestra vida

  1. Cuando uno empieza a repartir, pronto empieza a recibir.

  2. ¿Has notado que el trabajador más eficaz es el que generalmente está más ocupado?

  3. La más grande de todas las reglas del éxito es ésta: hacer a los demás lo mismo que haría si usted fuera los demás.

  4. La imaginación es el taller del alma, el lugar donde se da forma a todos los planes para la realización individual.

  5. La mente más penetrante es la que ha sido estimulada por la experiencia práctica.

  6. La mente sirve mejor cuanto más se usa.

  7. Tu verdadera edad viene determinada por tu actitud mental, no por los años que has vivido.

  8. Una sonrisa anima el aspecto, hace sentir mejor y no cuesta nada.

  9. Se puede conquistar a una persona con el afecto antes que con odio.

  10. Quienes generosamente dan felicidad siempre tienen grandes reservas de ella.

  11. El mejor momento para cuidarse es antes de caer enfermo.

  12. Poco das cuando das alguno de tus bienes. Es al dar algo de ti mismo cuando verdaderamente das.

  13. Estamos tan acostumbrados a llevar un disfraz delante de los demás, que al final no podemos reconocernos a nosotros mismos.

  14. Las personas que intentan hacer algo y fracasan están definitivamente mejor que los que tratan de no hacer nada y lo consiguen.

  15. La felicidad no consiste en tener lo que quieres, sino en querer lo que tienes.

  16. Saber no es suficiente; debemos aplicar. Desear no es suficiente, debemos hacer.

  17. El mayor acto de fe es cuando una persona decide que no es Dios.

  18. Ten paciencia con todas las cosas, pero ante todo contigo mismo.

  19. En las montañas de la verdad nunca escalas en vano.

  20. Cuando no podemos encontrar tranquilidad dentro de nosotros mismos es inútil buscarla en otra parte.

  21. Rezas cuando estás afligido y cuando estás necesitado; ojalá pudieras rezar también en la plenitud de tu alegría y en tus días de abundancia.

  22. Las personas se vuelven malas y culpables porque hablan y actúan sin prever los resultados de sus palabras y hechos.

  23. Tu vida real es a menudo la vida que no llevas.

  24. Si un hombre habla o actúa con el pensamiento puro, la felicidad le sigue como una sombra que nunca le deja.

  25. No llegamos a conocer a las personas cuando se acercan a nosotros; debemos acercarnos a ellas para averiguar cómo son.

  26. Vive cada día como si tu vida acabase de empezar.

  27. Algunas personas siempre se están quejando de que las rosas tienen espinas; yo estoy agradecido porque las espinas tienen rosas.

  28. Debemos cambiar, renovarnos, rejuvenecernos siempre; de lo contrario, nos endurecemos.

  29. Examina tu propio corazón; lo que te duele de los demás en ti mismo puede estar.

  30. Lo más grande del mundo es saber ser uno mismo.

     

lunes, 12 de noviembre de 2012

La Santa Eucaristía

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Cuesta entender para quienes no son católicos (incluso para muchos católicos también) la importancia de la eucaristía; porque si todos los católicos supiéramos la importancia que tiene NADIE dejara de comulgar.

Este es el momento mas sublime de la misa, es nuestro encuentro con ¡Jesús!

Hay dos momentos importantes de la Santa Misa y estas son la Liturgia de la Palabra, la Homilía, aquí es cuando Dios nos habla, nos entrega su palabra, sus promesas. Luego viene la Liturgia de la Eucaristía que a su vez, incluye otras tres: el ofertorio, la consagración y la comunión.

Para recibir la comunión debemos estar totalmente arrepentidos de nuestros pecados, ir con el corazón abierto e invocando al Espíritu Santo, si logramos hacer esto, les aseguro que el momento de la comunión se vuelve sublime. HAY QUE TENER FE para ¡vivirlo! hay que creer de verdad que Jesús esta ahí esperándonos y es por eso que muchos dejan de hacerlo, porque todavía les cuesta creer.

La Santa Misa puede ser una experiencia bella y deseada, solo démosno la oportunidad de vivirla y verán que lo que les digo es cierto y  no permitirán dejar de recibir la eucaristía.

¡Jesús esta vivo y se quedo con nosotros en la Santa Eucaristía!
¡Es verdad y es real!

Puedes buscar en la web al Dr. Ricardo Castañón, un Ateo convertido al hacer investigaciones sobre los milagros eucarísticos.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Se los recomiendo…San Pío de Pietrelcina.


Hace poco tuve la oportunidad de ver esta película sobre la vida del Santo Padre Pío de Pietrelcina
( Padre Pio Miracle Man). Impresionante saber sobre la vida de este fabuloso hombre, servidor de Dios.
La película es un largometraje, pero ¡¡¡vale la pena!!! si no, busquen otras películas de él o lean su biografía; este hombre de Dios es un buen comienzo para empezar a entender porque están los Santos en nuestras vidas y porque son ¡Santos!

San Pío de Pietrelcina, Franciscano Capuchino, es uno de los más grandes místicos de nuestro tiempo, amado en todo el mundo, le cambio la vida a muchas personas en vida, un hombre con paciencia hacia el mundo y un tremendo amor a Dios, a su fe y a su religión, que lo hizo sufrir por años. Nos enseñó a vivir un amor radical al corazón de Jesús y a su Iglesia. Su vida era oración, sacrificio y pobreza. Alcanzó una profunda unión con Dios.

Famoso confesor. El Padre Pío pasaba hasta 16 horas diarias en el confesionario. Algunos debían esperar dos semanas para lograr confesarse con él, porque el Señor les hacía ver por medio de este sencillo sacerdote la verdad del evangelio. Su vida se centraba en torno a la Eucaristía. Sus misas conmovían a los fieles por su profunda devoción. Poseía una ferviente devoción por la Virgen María.

San Pío 1887-1968


DONES EXTRAORDINARIOS:
Discernimiento extraordinario: la capacidad de leer los corazones y las conciencias. Profecía: pudo anunciar eventos del futuro. Curación: curas milagrosas por el poder de la oración. Bilocación: estar en dos lugares al mismo tiempo. Perfume: la sangre de sus estigmas tenía fragancia de flores, sus Estigmas duraron 50 años.




Si quieren leer más sobre el pueden entrar a www.corazones.org/santos/pio_padre.htm

El cuerpo incorrupto de San Pío de Pietralcina, más conocido como Padre Pío, quien murió hace cuarenta y cuatro años, permanece expuesto al público en el santuario de Santa María de la Gracia, en el pueblo de San Giovanni Rotondo, Italia.

¿Por qué hay cuerpos incorruptos de Santos? ¡Por la Santa Eucaristía!



martes, 6 de noviembre de 2012

Las Letanías son alabanzas, piropos de amor y de ternura

Recibí hace unos días éste mensaje y lo quiero compartir con ustedes porque está lleno de un profundo amor a la Virgen María. Se nota que quien lo escribió es sumamente Mariano, y su nombre es por cierto Mariano; el Padre Mariano de Blas de México. Al leerlo se siente que es agradecido y aprecia muy bien quién es ella y así debe de ser Nuestra Madre del Cielo para cada uno de nosotros; sin que seamos sacerdotes, ni religiosos. ¡Es amor puro!







Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net

Las Letanías del Rosario. ¿Te aburres rezándolas? No amas, no comprendes. Sólo quien ama a María las entiende.
¿Te gustan? Sí amas, sí comprendes.

El que las inventó sí amaba, sí comprendía. Son, en definitiva, un poema de amor; sólo quien ama a María lo entiende. Dile a los enamorados que son aburridos porque repiten con frecuencia frases de amor.

Santa María -
Es el nombre de la mujer más maravillosa… ¡Cuantas iglesias dedicadas a su nombre!¡Cuantas mujeres llevan este nombre de María! Por algo será. Cuanta gente canta, reza, dice ese nombre que a los mismos ángeles impresiona y enternece el corazón de Dios. Los ángeles obedecen a Dios y luego a su Reina, a una mujer, una criatura humana, a María.
María es amor, toda amor; es el lado misericordioso y tierno del amor de Dios para nosotros.

Santa Madre de Dios -
Esta es su grandeza incomparable, Nos merece un respeto tremendo. Pero su amor y humildad la convierten en una Madre incomparable, única. Podía el Hijo de Dios habérsela quedado. Era suya, solo suya y toda suya. Pero el amor es donación y entrega. Y por amor -¡qué grande amor!- nos la regaló. Cristo nos dio el derecho de ser sus hijos.
La sangre que Cristo derramó en el Calvario esa la sangre de una mártir, era su propia sangre. Dios lleva en sus venas la sangre de María.

Santa Virgen de las vírgenes -
Es la inmaculada, la llena de gracia, La hicieron las manos del tres veces santo para ser digna morada del Hijo de Dios.
Está a la cabeza de todas las vírgenes, es reina de todas ejemplo para cada una de ellas.
Madre de Cristo -
La sangre que derramó en el Calvario era la sangre de una mártir, María, la Corredentora. Madre del Niño Jesús que nació de Ella en Belén. Madre del Cristo que predicó en Palestina. Madre del Cristo del Calvario: Madre mártir.

Madre de la Iglesia -
Pablo VI le otorgó ese título durante el Concilio Vaticano II. Madre de Cristo Cabeza, Madre de su cuerpo, la Iglesia. Madre de todos nosotros: madre tuya, madre mía. Una prueba de que Jesús nos ha tomado en serio como hermanos es que nos ha dado a su Madre, y para siempre.
Te cuida y te ama como si fueras el único. Pero María no puede besar al hijo que la rechaza, no puede curar al hijo que no la quiere, no puede ayudar al hijo que la rehúye. No puede ser Madre de quien no quiere ser su hijo. Y es más madre de quien desea con toda su alma ser hijo suyo.
Madre que cuida de una manera especial a sus hijos enfermos, pecadores, tristes… Madre de las almas consagradas. Para Jesús son sagrados, para María también.

Madre de la divina gracia -
No en el sentido de productora de la gracia, sino distribuidora, medianera de la misma. Todas las gracias que recibes pasan por las manos de una Madre, por voluntad de Dios. Al ser la Madre de Cristo m de alguna manera es la madre de esa gracia que Cristo nos dio. Porque el sí de María pondría en marcha la Redención de los hombres, la redención que nos otorgaría la gracia.

Madre purísima. Castísima, virginal, inmaculada -
Un abismo de pureza. La Mujer con mayúscula fue una mujer purísima. Cualquier mujer que quiera conservar su grandeza, no puede menospreciar esta virtud. La impureza te hace menos mujer y te acerca al reino inferior de la naturaleza. Las mujeres, las muchachas que hoy aman la pureza y la tratan de vivir tienen el beneplácito de Dios y la sonrisa de la Mujer ideal.
Con ello no quiero decir que las caídas en este campo no se puedan reparar. Como nadie dice que un vestido manchado no se puede lavar.
Los gustos del cielo tan distintos a los del mundo. ¿Qué han hecho de la mujer? Hoy la mujer ideal es totalmente distinta. Si eres mujer, escoge el perfil del cielo o el de la tierra.
La pureza no roba belleza a una persona, al contrario, la realza. El rostro más bellos y los ojos más hermosos son aquellos en los que se refleja Dios. La mujer pura tiene un encanto adicional, un toque de cielo azul, aunque hoy no se le quiera tener en cuanta. Si se quiere rescatar al mundo debe ser desde la mujer, Y gran parte del recate de la mujer se llama castidad.
Madre amable -

Digna de todo nuestro amor.
Por lo buena que es
Por lo santa
Por ser mi Madre
Por todo lo que le debo
Porque, después de Dios, nadie me quiere tanto
Por su encantadora sencillez.
María es digna de todo nuestro amor. Totus tuus. Todo tuyo y para siempre.
Te quiero, madre del cielo, como quiero al mismo cielo, como quiero los bellos paisajes, los mares, los ríos, las montañas… Te quiero en los amaneceres y puestas de sol, en las flores de la pradera. Lo mismo que siento a Dios, te siento a Ti en cada rosa, en el canto del jilguero, en las estrellas de la noche. Algo de tu hermosura ha quedado en la naturaleza. Y por eso te veo en todas partes.

lunes, 29 de octubre de 2012

Has a Jesucristo, El Señor de TU tiempo



Si eres honesto, dirás: “Algunas veces lo aprovecho, otras veces solo uso la mitad, y muchas veces lo desperdicio lamentablemente”.

Una de las expresiones más tristes que podemos usar es “que pérdida de tiempo”. Pero aún más triste que la frase misma, es la realidad de la pérdida. Oímos decir: “perdí dos horas viendo televisión… Perdí toda la tarde… Perdí tiempo y dinero en esa película tonta… Perdí todo el fin de semana.” Si, verdad, ¡qué pérdida de tiempo!

Y perder el tiempo quiero decir perder las gracias y bendiciones de Dios; porque es una pérdida de talento, de dinero, de descanso, distracción, pérdida de oportunidades de amar, de servir, de crecer en la vida del Espíritu.

Esta pérdida de tiempo a la que nos referimos, es dejar de usar el tiempo como Jesús quiere que lo usemos. Por ejemplo: un ejecutivo de una empresa grande que trabaja hasta bien tarde, privándose de sus horas de descanso porque cree que el único propósito de la vida es apresurar su ritmo, hacer dinero, más dinero y cuando esta persona se muera, la gente podrá decir el día del entierro: “¡pobre hombre!, trabajó hasta caerse muerto”. O quizá sea la ama de casa perfeccionista, la que se pasa todo el tiempo, limpiando, lavando, puliendo, cociendo, arreglando. Gran parte de sus quehaceres no son sino una pérdida de tiempo; tarde o temprano tendrá que tomarse unos días para ir al hospital, como consecuencia de sus afanes, ya que tendrá cansancio físico y mental y para que, si ni en casa se lo agradecen.

En el plan de Dios nunca se intentó que el ser humano hiciera mal uso de su tiempo, ya sea debido al exceso de trabajo o por no hacer nada. Cada momento de la vida es un regalo de Dios, y puedes usarlo de una manera u otra, para tu bendición o tu condenación, para gozarlo o para sufrirlo.
La gran diferencia consiste en que Jesús sea el Dueño y Señor de tu tiempo. Descubrirás muchas cosas de las que antes ni siquiera te habías dado cuenta. El es aquel que te hablado una y otra vez diciendo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar” (Mateo 11,28)

El supo lo que es buscar la soledad, admirar la naturaleza, caminar a la orilla de un lago o playa. El no es el patrón de las grandes trabajos en serie, ni del trabajo extra, ni del que agota y consume una vida. A El no el incomoda un fregadero lleno de platos, una casa desordenada, pero si una ama de casa irritada, nerviosas y enfadada con mal genio pero con una cocina impecable. Tampoco será dueño y Señor de una vida que pasa todo el tiempo en la oficina sin prestar la menor atención al amor, a su familia, a sus hijos y esposa.



Y por otro lado, tampoco es el Señor de alguien que pasa todo el tiempo, aburrido, sin hacer nada. Todo con medida no es malo. El Señor salía con sus amigos a disfrutar, paso tiempo solo para meditar, enseñó, ayudó, trabajó, oró, rió y hasta lloró. Por eso, entregando nuestras vidas a él, nos podrá organizar y enseñar a como utilizar mejor nuestro tiempo.

Con Jesús de la mano, 24 horas son más que suficiente en el día para: Orar, meditar, descansar, trabajar, divertirse y ayudar a los demás. ENTREGATE, dale tu vida, el es el mejor administrador.

Basada en: “Esta bien Señor, ¡Toma mi vida!” por George De Prizio (Sacerdote de la Congregación de la Santa Cruz)

Devoción a los siete dolores de María - Promesas para librarnos del Purgatorio

Quiero compartir con ustedes esta cortita devoción (no te toma mas de 5 minutos) y sin embargo sus promesas son grandes; aprovechemos esta gran misericordia del cielo para con todos y a la vez consolamos y acompañamos a Nuestra Madre Santísima:


 SIETE DOLORES DE MARÍA
PROMESAS DE LA VIRGEN A LOS DEVOTOS DE SUS DOLORES
Siete gracias que la Santísima Virgen concede a las almas que la honran diariamente (considerando sus lágrimas y dolores) con siete Avemarías. Santa Brígida.
1º. Pondré paz en sus familias.
2º. Serán iluminados en los Divinos Misterios.
3º. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4º. Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5º. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos los instantes de sus vidas.
6º. Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
7º. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta devoción (a mis lágrimas y dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”.

Modo de practicarla.
Practicamos esta devoción rezando, todos los días, siete veces el Avemaría mientras meditamos los siete dolores de María (un Avemaría en cada dolor).
María quiere que meditemos en sus dolores. Por eso al rezar cada Avemaría es muy importante que cerrando nuestros ojos y poniéndonos a su lado, tratemos de vivir con nuestro corazón lo que experimentó su Corazón de Madre tierna y pura en cada uno de esos momentos tan dolorosos de su vida. Si lo hacemos vamos a ir descubriendo los frutos buenos de esta devoción: empezaremos a vivir nuestros dolores de una manera distinta y le iremos respondiendo al Señor como Ella lo hizo.
Comprenderemos que el dolor tiene un sentido, pues ni a la misma Virgen María, la Madre “tres veces admirable”, por ser Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu Santo, Dios la libró del mismo.
Si María, que no tenía culpa alguna, experimentó el dolor, ¿por qué no nosotros?


LOS SIETE DOLORES DE LA VIRGEN 

1º. La profecía de Simeón
(Lc. 2, 22-35) ¡Dulce Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te sumergió en profundo dolor al oírle decir: “Este Niño está puesto para ruina y resurrección de muchos de Israel, y una espada traspasará tu alma”. De este modo quiso el Señor mezclar tu gozo con tan triste recuerdo. Rezar Avemaría.


2º. La persecución de Herodes y la huída a Egipto
(Mt. 2, 13-15) ¡Oh Virgen querida!, quiero acompañarte en las fatigas, trabajos y sobresaltos que sufriste al huir a Egipto en compañía de San José para poner a salvo la vida del Niño Dios. Rezar Avemaría.



3º. Jesús perdido en el Templo, por tres días 
(Lc. 2, 41-50) ¡Virgen Inmaculada! ¿Quién podrá pasar y calcular el tormento que ocasionó la pérdida de Jesús y las lágrimas derramadas en aquellos tres largos días? Déjame, Virgen mía, que yo las recoja, las guarde en mi corazón y me sirva de holocausto y agradecimiento para contigo. Rezar Avemaría.


4º. María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz

(Vía Crucis, 4ª estación) Verdaderamente, calle de la amargura fue aquella en que encontraste a Jesús tan sucio, afeado y desgarrado, cargado con la cruz que se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por cometer. ¡Pobre Madre! Quiero consolarte enjugando tus lágrimas con mi amor. Rezar Avemaría.


5º. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor
(Jn. 19, 17-30) María, Reina de los mártires, el dolor y el amor son la fuerza que los lleva tras Jesús, ¡qué horrible tormento al contemplar la crueldad de aquellos esbirros del infierno traspasando con duros clavos los pies y manos del salvador! Todo lo sufriste por mi amor. Gracias, Madre mía, gracias. Rezar Avemaría.


6º. María recibe a Jesús bajado de la Cruz
(Mc. 15, 42-46) Jesús muerto en brazos de María. ¿Qué sentías Madre? ¿Recordabas cuando Él era pequeño y lo acurrucabas en tus brazos?. Por este dolor te pido, Madre mía, morir entre tus brazos. Rezar Avemaría.


7º. La sepultura de Jesús

(Jn. 19, 38-42)Acompañas a tu Hijo al sepulcro y debes dejarlo allí, solo. Ahora tu dolor aumenta, tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque Él murió por todos nuestros pecados. Y Tú nos perdonas y nos amas. Madre mía perdón, misericordia. Rezar Avemaría.