Recibí hace unos días éste mensaje y lo quiero compartir con ustedes
porque está lleno de un profundo amor a la Virgen María. Se nota que
quien lo escribió es sumamente Mariano, y su nombre es por cierto
Mariano; el Padre Mariano de Blas de México. Al leerlo se siente que es
agradecido y aprecia muy bien quién es ella y así debe de ser Nuestra
Madre del Cielo para cada uno de nosotros; sin que seamos sacerdotes, ni
religiosos. ¡Es amor puro!
Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Las Letanías del Rosario. ¿Te aburres rezándolas? No amas, no comprendes. Sólo quien ama a María las entiende.
¿Te gustan? Sí amas, sí comprendes.
El que las inventó sí amaba, sí comprendía. Son, en definitiva, un
poema de amor; sólo quien ama a María lo entiende. Dile a los enamorados
que son aburridos porque repiten con frecuencia frases de amor.
Santa María -
Es el nombre de la mujer más maravillosa… ¡Cuantas iglesias dedicadas a
su nombre!¡Cuantas mujeres llevan este nombre de María! Por algo será.
Cuanta gente canta, reza, dice ese nombre que a los mismos ángeles
impresiona y enternece el corazón de Dios. Los ángeles obedecen a Dios y
luego a su Reina, a una mujer, una criatura humana, a María.
María es amor, toda amor; es el lado misericordioso y tierno del amor de Dios para nosotros.
Santa Madre de Dios -
Esta es su grandeza incomparable, Nos merece un respeto tremendo. Pero
su amor y humildad la convierten en una Madre incomparable, única. Podía
el Hijo de Dios habérsela quedado. Era suya, solo suya y toda suya.
Pero el amor es donación y entrega. Y por amor -¡qué grande amor!- nos
la regaló. Cristo nos dio el derecho de ser sus hijos.
La sangre que Cristo derramó en el Calvario esa la sangre de una mártir,
era su propia sangre. Dios lleva en sus venas la sangre de María.
Santa Virgen de las vírgenes -
Es la inmaculada, la llena de gracia, La hicieron las manos del tres veces santo para ser digna morada del Hijo de Dios.
Está a la cabeza de todas las vírgenes, es reina de todas ejemplo para cada una de ellas.
Madre de Cristo -
La sangre que derramó en el Calvario era la sangre de una mártir, María,
la Corredentora. Madre del Niño Jesús que nació de Ella en Belén. Madre
del Cristo que predicó en Palestina. Madre del Cristo del Calvario:
Madre mártir.
Madre de la Iglesia -
Pablo VI le otorgó ese título durante el Concilio Vaticano II. Madre de
Cristo Cabeza, Madre de su cuerpo, la Iglesia. Madre de todos nosotros:
madre tuya, madre mía. Una prueba de que Jesús nos ha tomado en serio
como hermanos es que nos ha dado a su Madre, y para siempre.
Te cuida y te ama como si fueras el único. Pero María no puede besar al
hijo que la rechaza, no puede curar al hijo que no la quiere, no puede
ayudar al hijo que la rehúye. No puede ser Madre de quien no quiere ser
su hijo. Y es más madre de quien desea con toda su alma ser hijo suyo.
Madre que cuida de una manera especial a sus hijos enfermos, pecadores,
tristes… Madre de las almas consagradas. Para Jesús son sagrados, para
María también.
Madre de la divina gracia -
No en el sentido de productora de la gracia, sino distribuidora,
medianera de la misma. Todas las gracias que recibes pasan por las manos
de una Madre, por voluntad de Dios. Al ser la Madre de Cristo m de
alguna manera es la madre de esa gracia que Cristo nos dio. Porque el sí
de María pondría en marcha la Redención de los hombres, la redención
que nos otorgaría la gracia.
Madre purísima. Castísima, virginal, inmaculada -
Un abismo de pureza. La Mujer con mayúscula fue una mujer purísima.
Cualquier mujer que quiera conservar su grandeza, no puede menospreciar
esta virtud. La impureza te hace menos mujer y te acerca al reino
inferior de la naturaleza. Las mujeres, las muchachas que hoy aman la
pureza y la tratan de vivir tienen el beneplácito de Dios y la sonrisa
de la Mujer ideal.
Con ello no quiero decir que las caídas en este campo no se puedan
reparar. Como nadie dice que un vestido manchado no se puede lavar.
Los gustos del cielo tan distintos a los del mundo. ¿Qué han hecho de la
mujer? Hoy la mujer ideal es totalmente distinta. Si eres mujer, escoge
el perfil del cielo o el de la tierra.
La pureza no roba belleza a una persona, al contrario, la realza. El
rostro más bellos y los ojos más hermosos son aquellos en los que se
refleja Dios. La mujer pura tiene un encanto adicional, un toque de
cielo azul, aunque hoy no se le quiera tener en cuanta. Si se quiere
rescatar al mundo debe ser desde la mujer, Y gran parte del recate de la
mujer se llama castidad.
Madre amable -
Digna de todo nuestro amor.
Por lo buena que es
Por lo santa
Por ser mi Madre
Por todo lo que le debo
Porque, después de Dios, nadie me quiere tanto
Por su encantadora sencillez.
María es digna de todo nuestro amor. Totus tuus. Todo tuyo y para siempre.
Te quiero, madre del cielo, como quiero al mismo cielo, como quiero los
bellos paisajes, los mares, los ríos, las montañas… Te quiero en los
amaneceres y puestas de sol, en las flores de la pradera. Lo mismo que
siento a Dios, te siento a Ti en cada rosa, en el canto del jilguero, en
las estrellas de la noche. Algo de tu hermosura ha quedado en la
naturaleza. Y por eso te veo en todas partes.
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