lunes, 29 de octubre de 2012
Has a Jesucristo, El Señor de TU tiempo
Si eres honesto, dirás: “Algunas veces lo aprovecho, otras veces solo uso la mitad, y muchas veces lo desperdicio lamentablemente”.
Una de las expresiones más tristes que podemos usar es “que pérdida de tiempo”. Pero aún más triste que la frase misma, es la realidad de la pérdida. Oímos decir: “perdí dos horas viendo televisión… Perdí toda la tarde… Perdí tiempo y dinero en esa película tonta… Perdí todo el fin de semana.” Si, verdad, ¡qué pérdida de tiempo!
Y perder el tiempo quiero decir perder las gracias y bendiciones de Dios; porque es una pérdida de talento, de dinero, de descanso, distracción, pérdida de oportunidades de amar, de servir, de crecer en la vida del Espíritu.
Esta pérdida de tiempo a la que nos referimos, es dejar de usar el tiempo como Jesús quiere que lo usemos. Por ejemplo: un ejecutivo de una empresa grande que trabaja hasta bien tarde, privándose de sus horas de descanso porque cree que el único propósito de la vida es apresurar su ritmo, hacer dinero, más dinero y cuando esta persona se muera, la gente podrá decir el día del entierro: “¡pobre hombre!, trabajó hasta caerse muerto”. O quizá sea la ama de casa perfeccionista, la que se pasa todo el tiempo, limpiando, lavando, puliendo, cociendo, arreglando. Gran parte de sus quehaceres no son sino una pérdida de tiempo; tarde o temprano tendrá que tomarse unos días para ir al hospital, como consecuencia de sus afanes, ya que tendrá cansancio físico y mental y para que, si ni en casa se lo agradecen.
En el plan de Dios nunca se intentó que el ser humano hiciera mal uso de su tiempo, ya sea debido al exceso de trabajo o por no hacer nada. Cada momento de la vida es un regalo de Dios, y puedes usarlo de una manera u otra, para tu bendición o tu condenación, para gozarlo o para sufrirlo.
La gran diferencia consiste en que Jesús sea el Dueño y Señor de tu tiempo. Descubrirás muchas cosas de las que antes ni siquiera te habías dado cuenta. El es aquel que te hablado una y otra vez diciendo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar” (Mateo 11,28)
El supo lo que es buscar la soledad, admirar la naturaleza, caminar a la orilla de un lago o playa. El no es el patrón de las grandes trabajos en serie, ni del trabajo extra, ni del que agota y consume una vida. A El no el incomoda un fregadero lleno de platos, una casa desordenada, pero si una ama de casa irritada, nerviosas y enfadada con mal genio pero con una cocina impecable. Tampoco será dueño y Señor de una vida que pasa todo el tiempo en la oficina sin prestar la menor atención al amor, a su familia, a sus hijos y esposa.
Y por otro lado, tampoco es el Señor de alguien que pasa todo el tiempo, aburrido, sin hacer nada. Todo con medida no es malo. El Señor salía con sus amigos a disfrutar, paso tiempo solo para meditar, enseñó, ayudó, trabajó, oró, rió y hasta lloró. Por eso, entregando nuestras vidas a él, nos podrá organizar y enseñar a como utilizar mejor nuestro tiempo.
Con Jesús de la mano, 24 horas son más que suficiente en el día para: Orar, meditar, descansar, trabajar, divertirse y ayudar a los demás. ENTREGATE, dale tu vida, el es el mejor administrador.
Basada en: “Esta bien Señor, ¡Toma mi vida!” por George De Prizio (Sacerdote de la Congregación de la Santa Cruz)
Devoción a los siete dolores de María - Promesas para librarnos del Purgatorio
Quiero compartir con ustedes esta cortita devoción (no te toma mas de 5
minutos) y sin embargo sus promesas son grandes; aprovechemos esta gran
misericordia del cielo para con todos y a la vez consolamos y
acompañamos a Nuestra Madre Santísima:
Modo de practicarla.
Practicamos esta devoción rezando, todos los días, siete veces el Avemaría mientras meditamos los siete dolores de María (un Avemaría en cada dolor).
María quiere que meditemos en sus dolores. Por eso al rezar cada Avemaría es muy importante que cerrando nuestros ojos y poniéndonos a su lado, tratemos de vivir con nuestro corazón lo que experimentó su Corazón de Madre tierna y pura en cada uno de esos momentos tan dolorosos de su vida. Si lo hacemos vamos a ir descubriendo los frutos buenos de esta devoción: empezaremos a vivir nuestros dolores de una manera distinta y le iremos respondiendo al Señor como Ella lo hizo.
Comprenderemos que el dolor tiene un sentido, pues ni a la misma Virgen María, la Madre “tres veces admirable”, por ser Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu Santo, Dios la libró del mismo.
Si María, que no tenía culpa alguna, experimentó el dolor, ¿por qué no nosotros?
LOS SIETE DOLORES DE LA VIRGEN
1º. La profecía de Simeón
(Lc. 2, 22-35) ¡Dulce Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te sumergió en profundo dolor al oírle decir: “Este Niño está puesto para ruina y resurrección de muchos de Israel, y una espada traspasará tu alma”. De este modo quiso el Señor mezclar tu gozo con tan triste recuerdo. Rezar Avemaría.
2º. La persecución de Herodes y la huída a Egipto
(Mt. 2, 13-15) ¡Oh Virgen querida!, quiero acompañarte en las fatigas, trabajos y sobresaltos que sufriste al huir a Egipto en compañía de San José para poner a salvo la vida del Niño Dios. Rezar Avemaría.
3º. Jesús perdido en el Templo, por tres días
(Lc. 2, 41-50) ¡Virgen Inmaculada! ¿Quién podrá pasar y calcular el tormento que ocasionó la pérdida de Jesús y las lágrimas derramadas en aquellos tres largos días? Déjame, Virgen mía, que yo las recoja, las guarde en mi corazón y me sirva de holocausto y agradecimiento para contigo. Rezar Avemaría.
4º. María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz
(Vía Crucis, 4ª estación) Verdaderamente, calle de la amargura fue aquella en que encontraste a Jesús tan sucio, afeado y desgarrado, cargado con la cruz que se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por cometer. ¡Pobre Madre! Quiero consolarte enjugando tus lágrimas con mi amor. Rezar Avemaría.
5º. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor
(Jn. 19, 17-30) María, Reina de los mártires, el dolor y el amor son la fuerza que los lleva tras Jesús, ¡qué horrible tormento al contemplar la crueldad de aquellos esbirros del infierno traspasando con duros clavos los pies y manos del salvador! Todo lo sufriste por mi amor. Gracias, Madre mía, gracias. Rezar Avemaría.
6º. María recibe a Jesús bajado de la Cruz
(Mc. 15, 42-46) Jesús muerto en brazos de María. ¿Qué sentías Madre? ¿Recordabas cuando Él era pequeño y lo acurrucabas en tus brazos?. Por este dolor te pido, Madre mía, morir entre tus brazos. Rezar Avemaría.
7º. La sepultura de Jesús
(Jn. 19, 38-42)Acompañas a tu Hijo al sepulcro y debes dejarlo allí, solo. Ahora tu dolor aumenta, tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque Él murió por todos nuestros pecados. Y Tú nos perdonas y nos amas. Madre mía perdón, misericordia. Rezar Avemaría.
SIETE DOLORES DE MARÍA
PROMESAS DE LA VIRGEN A LOS DEVOTOS DE SUS DOLORES
Siete
gracias que la Santísima Virgen concede a las almas que la honran
diariamente (considerando sus lágrimas y dolores) con siete Avemarías.
Santa Brígida.
1º. Pondré paz en sus familias.
2º. Serán iluminados en los Divinos Misterios.
3º. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4º. Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5º. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos los instantes de sus vidas.
6º. Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
7º.
He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta devoción (a
mis lágrimas y dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la
felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y
mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”.
Practicamos esta devoción rezando, todos los días, siete veces el Avemaría mientras meditamos los siete dolores de María (un Avemaría en cada dolor).
María quiere que meditemos en sus dolores. Por eso al rezar cada Avemaría es muy importante que cerrando nuestros ojos y poniéndonos a su lado, tratemos de vivir con nuestro corazón lo que experimentó su Corazón de Madre tierna y pura en cada uno de esos momentos tan dolorosos de su vida. Si lo hacemos vamos a ir descubriendo los frutos buenos de esta devoción: empezaremos a vivir nuestros dolores de una manera distinta y le iremos respondiendo al Señor como Ella lo hizo.
Comprenderemos que el dolor tiene un sentido, pues ni a la misma Virgen María, la Madre “tres veces admirable”, por ser Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu Santo, Dios la libró del mismo.
Si María, que no tenía culpa alguna, experimentó el dolor, ¿por qué no nosotros?
LOS SIETE DOLORES DE LA VIRGEN
1º. La profecía de Simeón
(Lc. 2, 22-35) ¡Dulce Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te sumergió en profundo dolor al oírle decir: “Este Niño está puesto para ruina y resurrección de muchos de Israel, y una espada traspasará tu alma”. De este modo quiso el Señor mezclar tu gozo con tan triste recuerdo. Rezar Avemaría.
2º. La persecución de Herodes y la huída a Egipto
(Mt. 2, 13-15) ¡Oh Virgen querida!, quiero acompañarte en las fatigas, trabajos y sobresaltos que sufriste al huir a Egipto en compañía de San José para poner a salvo la vida del Niño Dios. Rezar Avemaría.
3º. Jesús perdido en el Templo, por tres días
(Lc. 2, 41-50) ¡Virgen Inmaculada! ¿Quién podrá pasar y calcular el tormento que ocasionó la pérdida de Jesús y las lágrimas derramadas en aquellos tres largos días? Déjame, Virgen mía, que yo las recoja, las guarde en mi corazón y me sirva de holocausto y agradecimiento para contigo. Rezar Avemaría.
4º. María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz
(Vía Crucis, 4ª estación) Verdaderamente, calle de la amargura fue aquella en que encontraste a Jesús tan sucio, afeado y desgarrado, cargado con la cruz que se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por cometer. ¡Pobre Madre! Quiero consolarte enjugando tus lágrimas con mi amor. Rezar Avemaría.
5º. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor
(Jn. 19, 17-30) María, Reina de los mártires, el dolor y el amor son la fuerza que los lleva tras Jesús, ¡qué horrible tormento al contemplar la crueldad de aquellos esbirros del infierno traspasando con duros clavos los pies y manos del salvador! Todo lo sufriste por mi amor. Gracias, Madre mía, gracias. Rezar Avemaría.
6º. María recibe a Jesús bajado de la Cruz
(Mc. 15, 42-46) Jesús muerto en brazos de María. ¿Qué sentías Madre? ¿Recordabas cuando Él era pequeño y lo acurrucabas en tus brazos?. Por este dolor te pido, Madre mía, morir entre tus brazos. Rezar Avemaría.
7º. La sepultura de Jesús
(Jn. 19, 38-42)Acompañas a tu Hijo al sepulcro y debes dejarlo allí, solo. Ahora tu dolor aumenta, tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque Él murió por todos nuestros pecados. Y Tú nos perdonas y nos amas. Madre mía perdón, misericordia. Rezar Avemaría.
viernes, 26 de octubre de 2012
Algunas oraciones para hacer diariamente
UN MINUTO A LOS PIES DE LA VIRGEN
Oh María concebida sin pecado,
aquí estoy, mírame a tus pies,
escucha mis ruegos.
Te traigo mis dolores, mis trabajos,
mis sufrimientos . Alivia mis amarguras.
Madre de Dios derrama sobre mí las Gracias,
que como rayos luminosos caen en cascadas,
de tus manos virginales.
Dios te salve María…….
Madre Inmaculada, soy tu hijo, en mis luchas y en mis penas,
Tu Medalla Milagrosa sea mi ayuda y mi defensa.
Dios te salve María……
Me entrego a tu Corazón Inmaculado.
Ampárame Madre mía en la vida y en la muerte. Amén.
Dios te salve María…….
ORACION POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO (LIBERA 1000 ALMAS C/VEZ)
Padre Eterno, yo te ofrezco, La Preciosísima Sangre,
De Tu Divino Hijo, Nuestro Señor Jesucristo,
Unida a todas las misas celebradas hoy alrededor del mundo entero,
Por todas las benditas almas del purgatorio,
Por todos los pecadores del mundo,
Por los pecadores de la iglesia universal,
Por aquellos en mi propia casa y dentro de mí familia. Amén.
ORACION DE SELLO DE LA PRECIOSA SANGRE POR LOS HIJOS
En el nombre de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Sello y protejo con el Poder de La Sangre de Jesucristo El Señor a mis hijos (decir los nombres de cada uno). Sello su consciente, inconsciente y subconsciente, ser físico, psicológico, ser biológico, material y espiritual; los sello y los protejo con el poder de la Sangre Preciosa de Jesucristo El Señor, de todo accidente dentro y fuera de la escuela o trabajo, de cualquier atropello al cruzar calle o avenidas, accidentes de tránsito, alcoholismo, tabaquismo, drogadicción, sexualidad, sensualidad, lujuria, obscenidad. Los sello y los protejo con el poder de la Sangre Preciosa de Jesucristo El Señor, de sufrir algún secuestro, de sufrir la enfermedad de la influenza, de sufrir cualquier robo, de abuso de autoridad de cualquier maestro, compañero o jefe, de riñas dentro y fuera del colegio o trabajo, Los sello y protejo con el Poder de La Sangre de Jesucristo El Señor, de pandillerismo, de algún mal golpe, de caerle mal a alguien, de venganza, apatía, indiferencia ante cualquier dolor ajeno, de indiferencia a la eucaristía, de desprecio a la virginidad, desprecio a los adultos y a los propios padres. Los sello y protejo con el Poder de La Sangre de Jesucristo El Señor, de cualquier maldición de parte de maestros, compañeros, jefes o cualquier otra persona, de abuso de autoridad verbal, física, psicológica o mental, de cualquier persona que los quiera engañar, sonsacar, estafar o involucrar en cualquier problema que no les corresponda. Los sello y protejo con el Poder de La Sangre de Jesucristo El Señor, de cualquier desilusión, obsesión , depresión, enfermedad física o mental, Señor Jesucristo derrama tus bendiciones sobre mis hijos, derrama tu Preciosísima Sangre sobre sus cerebros para que tengan buena retención en sus clases, Señor Jesucristo que Tu Sangre fluya por sus venas y Señor Jesús escóndelos en el Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen María, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
En el Nombre y con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, ato todo principado, poder y fuerza espiritual del mal, en las regiones de maldad que están influenciando a (decir el nombre de cada uno) esa influencia contra ellos queda cancelada por el poder de La Preciosísima Sangre de Jesucristo El Señor. Rompo y ato en el Nombre de Jesucristo El Señor y con el poder de su Preciosa Sangre los espíritus de hechicería, ocultismo, satanismo, rechazo, suicido, ira, odio, resentimiento, amargura, orgullo, miedo, decepción, incredulidad, esquizofrenia, sexualidad, sensualidad, lujuria, obsesión , adicción, manipulación mental, comportamiento compulsivo, falta de perdón, soberbia, drogadicción, alcoholismo, ato esos poderes y los poderes de la música rock y de chatear por el internet y los espíritus que contiene el internet, declaro que están anulados en la vida de mis hijos, la ceguera que el enemigo ha puesto en mis hijos debe irse en el Nombre de Jesucristo El Señor, mis hijos van a ver la luz del Evangelio de Jesús, para que sean enseñados por El y se multiplicara su paz. Padre Celestial creador de todas las cosas, te doy las gracias por el regalo que nos has dado en nuestros hijos, te pido que mandes ángeles que los protejan y guarden en todos sus caminos, te pido que proveas para ellos amigos cristianos que puedan ayudarlos con buenos consejos y buenas influencias. Dios que maravilloso privilegio y responsabilidad es ser padres, ayúdanos a discernir cuando necesiten de nuestra ayuda y oraciones, danos sabiduría para ser los padres que debemos ser y ayúdanos a ser comprensivos con ellos, Padre Santo permite que nuestros hijos cumplan el plan que Tú has diseñado para sus vidas, que el Espíritu de Dios y los dones de sabiduría, inteligencia, ciencia, consejo y poder, pero sobre todo el don del temor de Dios reposen sobre ellos. Nosotros depositamos en Tus Divinas Manos a nuestros hijos y Te Agradecemos por amarlos más que lo que nosotros los amamos, dándoles un futuro de esperanza. Amén.
ORACION DE SELLO DE LA PRECIOSA SANGRE PARA LA CASA
Sello y protejo con el Poder de La Sangre Preciosa de Jesucristo El Señor; esta casa, con todo lo que es y todo lo que tiene, sello y protejo la puerta principal de tal manera que todos los que entren o salgan se experimenten profundamente protegidos por la Preciosísima Sangre de Jesucristo El Señor, sello y protejo las paredes, el techo, todos los rincones, todas la columnas y a través de ellas, sello y protejo los cuatro puntos cardinales de esta casa, sello y protejo el suelo, el subsuelo y debajo del subsuelo, sello y protejo con el poder de La Sangre Preciosa de Jesucristo El Señor, todos los cimientos a partir de los cuales se levantó esta casa, sello y protejo con el Poder de La Sangre de Jesucristo El Señor, todo el material con que se construyó, ladrillos, cemento, varillas y bloques, sello y protejo con el Poder de La Sangre de Jesucristo El Señor todas las instalaciones eléctricas, tuberías de gas y agua , toda la cañería, incluso sello y protejo con el Poder de La Sangre de Jesucristo El Señor; toda la pintura con la que esta revestida, sello y protejo con el Poder de La Sangre de Jesucristo El Señor todas las puertas y ventanas de todos los cuartos, sello y protejo con el Poder de La Sangre de Jesucristo El Señor, todas las áreas de esta casa, los dormitorios, la sala, el comedor, la terraza, la cocina, la cochera, el estudio, área de servicio, los baños, sello y protejo con el Poder de La Sangre de Jesucristo El Señor todos los objetos contenidos en ella, muebles, adornos… todo absolutamente todo lo contenido en esta casa, pido a Jesús que toda ella sea bañada con Su Preciosísima Sangre, de tal manera que nada ni nadie pueda provocarnos ningún daño, sello y protejo todos los límites de esta casa para que nada absolutamente nada de lo que la rodea pueda provocarnos algún daño; ni a mí, ni a los míos, ni a ninguno de nuestros parientes, amigos o visitantes. Amén.
ORACION PARA LA PROSPERIDAD
Hoy Señor me abandono en Tus Divinas Manos, y me postro en Tu Presencia para alabarte y glorificarte; hoy confieso con mis labios, con mi mente y mi corazón, que Tu Eres Padre, Hijo y Espíritu Santo, y que de Ti proviene toda bendición tanto en el cielo como en la tierra. Hoy quiero darte gracias por todo lo que Tú me has dado a lo largo de mi vida, por lo material y por lo espiritual. Quiero pedirte con un corazón humilde y despojado de toda vanidad que prosperes mi vida en la alegría, en la paz, y aún en las cosas materiales que contribuya a mi salvación eterna y también a la de los míos. Hoy acepto Tu Divina Pedagogía para encaminar mi vida hacia lo verdaderamente valioso y te pido que me des la sabiduría que le diste a Salomón para manejar santamente las dádivas que Tú me das. Hoy te consagro mis pensamientos, mis acciones, mi cuerpo y mi deseo de conversión para que los demás puedan conocer que Tú Eres Dios y que Tú levantas a los que se acercan a Ti. Te pido Oh Padre en el Nombre de Jesucristo que no permitas que yo sea avergonzado en ningún momento, y que cada día calme la sed de mí alma mientras llego al feliz encuentro Contigo, con Jesucristo, con María y con todos los que han creído en Ti. Hoy quiero decirte que Te AMO y que Te NECESITO, tu hijo. Amén.
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Espíritu
Santo, Amor del Padre y del Hijo, ven, colma esta criatura Tuya de Tus
dones. Esplendor Divino, Fuego Sagrado, Manantial Cristalino de limpia
fraternidad. Vida de los cristianos, cayado de los desvalidos, luz en
las tinieblas, calor en el frío, levanta mi ser dormitante, eleva mi
alma hacia Ti.
Ven Espíritu Santo, dame Tu Sabiduría para actuar rectamente.
Dame
inteligencia santa, para atraer a mis hermanos, no me sienta superior a
mis semejantes, sino sea el más pequeño para que surjas Tú con poder.
Ven,
toma mi mente y renuévala; sea yo un eco de Tu voz y aconseje en la
Voluntad Divina, no en la mía. Dame las fuerzas para no tambalear y
resistir mirándote; embelesado por Tu fortaleza, sea yo un fiel
apóstol.
De
Tu ciencia oh Divino Espíritu, sea yo reflejo, busque yo Tu gloria,
aleja de mí lo mundano. Penetra lo íntimo de mi corazón e injerta en él
Tu misma piedad para amar con Tu mismo amor. Realiza en mi
ser el milagro del temor de Dios; dame sed de almas, para que sin mirar a
quién, labore para el Reino.
Oh
Espíritu Santo, infunde en mí el don del verdadero amor. Gracias Santo
Espíritu Divino, vive en mí a plenitud, que consciente de mi necesidad
con plena libertad te llamo a tomar posesión de mi vida.
Gracias oh Bondad Divina, Soberano Misericordioso, Fuego Sagrado. Amén.
martes, 16 de octubre de 2012
Probemos nuestra fe
Ya que comenzamos el año de la fe, sería bueno hacer un alto
en nuestros caminos y ver que tanta fe hay dentro de cada uno. Este es el
momento de decirle al mundo que Dios si existe, de defender nuestra fe, de amar
al prójimo, de servir y ayudar al necesitado; este es el momento de ser
testimonios de vida.
¡El Señor se manifiesta todos los días en nuestras vidas!
Eso es un hecho, pero no lo vemos porque nos hemos acostumbrado a ello; no lo
vemos porque nos ahogamos primero en nuestras miserias y dificultades antes de
ver la bendición; no lo vemos porque esperamos ver literalmente partirse el mar
en dos, que alguien reviva a los muertos y si es posible ver la montaña
moverse.
“Dichosos los que
creen sin haber visto” Juan 20:29
Ahí esta el merito de la fe, creer sin ver. Algo maravilloso
dejo Jesús antes de partir al Reino de Dios, y si 2012 años después hay fe es
que ¡existe! Es real, no lo hemos visto, no vivimos su tiempo, pero el mundo
gira a su alrededor, hasta el de los que se llaman Ateos. La historia del mundo
se rige por Antes de Cristo y Después de Cristo, ¿Cómo puede ser un hombre tan
importante para la humanidad si no creemos en él? Solo porque históricamente
fue un hombre importante. ¡No, Es Jesús, es el Mesías!
Si la vida nos marca por alguna calamidad, lo más fácil es
culpar al que no vemos, y seguimos adelante.
Hay un dicho que dice: “ojos
que no ven, corazón que no siente”
Otro que dice: “hasta no ver, no creer”
¡La Santísima Trinidad se vive, se siente, se sabe, aunque
no se entienda! Es FE.
Yo quiero que quienes lean este post el día de hoy, mediten
un ratito, fuera de toda dificultad que estén pasando, problema económico, de
salud, político, sentimental, etc. Piensen en “ese momento especial” que les brindó luz en su mundo, el momento
en que rieron hasta dolerles el estomago, el momento en que se sintieron
especial para un ser querido o conocido, el momento en que nació un ser amado,
el momento en que despertaron con ansiedad de que llegase ese momento especial
que tanto esperaban…ese momento tan suyo, tengan por seguro que ese momento
especial, lleva dedicatoria para cada uno de ustedes del cielo.
Fe cambia vidas, no circunstancias, pero si como la vivimos.
Si tenemos un poquito de Fe, revivámosla, si no la tenemos, busquémosla;
la vida se vuelve más soportable cuando hay fe.
Nada es imposible, cuando hay fe.
martes, 9 de octubre de 2012
¿Cuánto daño hace no perdonar?
Les comparto éste testimonio en una clase, que me envió una amiga. Muy interesante, muy acertado.
El tema del día era el resentimiento y el maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico. Ya en clase, elegimos una papa por cada persona que guardábamos resentimiento, escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa. Algunas bolsas eran realmente pesadas.
El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa con papas. Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo, y el fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo, mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado, desatendía cosas que eran más importantes para mí.
Este ejercicio fue una gran lección sobre el precio que pagaba a diario por mantener el resentimiento por algo que ya había pasado y no podía cambiarse. Me di cuenta que cuando le daba mucha importancia a las promesas no cumplidas me llenaba de resentimiento, aumentaba mi stress, no dormía bien y mi atención se dispersaba. Perdonar y dejarlas ir me llenó de paz y calma.
La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando. Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos.
El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo. El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes. No significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo.
Si guardamos odio, rencor, o resentimiento por ofensas que hemos recibido, estamos perpetuando nuestro malestar y consumiéndonos, dejando de disfrutar el momento. Cada vez que recordamos cualquier episodio que nos causa dolor, dejamos de vivir el aquí y el ahora; dejamos de avanzar en nuestro desarrollo personal y peor aún, nos estancamos en nuestro crecimiento espiritual.
La falta de perdón puede disfrazarse con diferentes máscaras . Las personas a veces dicen con un tono de enojo que ya han perdonado ofensas pasadas, pero su amargura evidente las delata. La falta de perdón se puede alojar en tu corazón, y estar allí, escondida. Las siguientes preguntas te ayudarán a examinar tu corazón para ver si necesitas perdonar a alguien:
¿Esperas secretamente que alguien reciba lo que se merece?
¿Todavía sigues hablando negativamente de esa persona a los demás?
¿Te complaces con fantasías de venganza, incluso leves?
¿Gastas tiempo pensando en lo que alguien te hizo?
¿Cómo te sientes cuando le sucede algo bueno a esa persona?
¿Has dejado de culpar a esa persona por la forma como afectó tu vida?
¿Te resulta difícil ser abierto y confiado con las personas?
¿Te enojas, te deprimes o te vuelves hostil con frecuencia?
¿Encuentras difícil o imposible pedir bendición a Dios para quién te ha
ofendido?
Siendo sinceros de corazón, podemos ejercitarnos en algunos pasos para lograr liberarnos de la carga que significa el rencor y liberar a la otra persona también.
Considera las circunstancias que pudo haber vivido la persona que te ofendió, para llegar a ser como es, o qué situación estaría viviendo para haber hecho lo que hizo, aun intencionalmente.
Considera qué parte jugaste, o qué pudiste haber hecho para propiciar el incidente.
Deja atrás el papel de víctima y continua con tu vida.
Recuerda las cosas positivas y buenas que te unieron a esa persona, los ratos buenos y bellos que pasaste con ella, los momentos de amor, apoyo, consejo y comprensión mutuos.
Pide al Señor que bendiga a esa persona, y que le muestre lo que hizo mal y se arrepienta.
Libera a la persona con tu perdón. Así vas a liberarte a ti mismo por vivir en el presente, en el aquí y el ahora.
2 Corintios 2, 5-11 "Si alguno ha causado tristeza, no me la ha causado sólo a mí; hasta cierto punto -y lo digo para no exagerar- se la ha causado a todos ustedes. Para él es suficiente el castigo que le impuso la mayoría. Más bien debieran perdonarlo y consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza. Por eso les ruego que reafirmen su amor hacia él. Con este propósito les escribí: para ver si pasan la prueba de la completa obediencia. A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono. De hecho, si había algo que perdonar, lo he perdonado por consideración a ustedes en presencia de Cristo, para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas"
sábado, 6 de octubre de 2012
5 Citas Bíblicas de emergencia
Así como nos podemos (y si no nos lo podemos, por lo menos sabemos a donde buscarlos) los números de emergencia de la ciudad donde vivimos cuando necesitamos asistencia policial, de bomberos o ambulancia. Así debemos de sabernos las citas bíblicas que tiene ese mensaje especial de emergencia para tomar fuerzas y resistir en éste mundo.
Se los comparto:
- Cuando el hombre te falle, llama a: Salmo 27:1 “El señor es mi luz y mi salvación, ¿A quién he de temer? Amparo de mi vida es el Señor, ¿Ante quién temblaré?”
- Cuando estés preocupado por dinero, llama a: Mateo 6:25-26 “No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo al Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves?”
- Cuando estés en peligro, llama a: Salmo 91 “Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza. Él te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia; te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio. No temerás los miedos de la noche, ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol.”
- Para que te libren del hombre malvado, llama a: Salmo 140:2-5 “Líbrame Señor, del hombre malvado, defiéndeme de la gente violenta, de los que en su corazón maquinan males y que provocan riñas cada día; que cual serpiente afilen sus lenguas y veneno de víbora hay en sus labios. Señor protégeme de las manos del impío, defiéndeme de la gente violenta, que piensan como hacerme tropezar.”
- Cuando necesites valor, llama a: Josué 1:9 “Esta es mi orden: Sé valiente y ten ánimo; no tiembles ni tengas miedo; Yahvé tu Dios está contigo donde quieras que tú vayas”
lunes, 1 de octubre de 2012
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"
¿Cuál es la base de nuestra felicidad?
Si depende de nuestras circunstancias, todos tendremos problemas, porque tarde o temprano nos encontramos en dificultades. San Pablo había descubierto el secreto de vivir encima de las circunstancias que la vida nos trae. Su secreto fue, JESUCRISTO.
Jesús fue su seguridad que a pesar de los problemas, no estaba solo. No importa cual difícil se ponían sus circunstancias, estas dificultades no eran permanentes. A pesar de la dureza del momento; y es en estos momentos que Jesús le proveía la fuerza para vencer.
“A todo puedo hacerle frente, pues Cristo es quien me sostiene” Filipenses 4:13
¿Entonces, a qué temerle?
¿Vale la pena vivir con temor?, y si creo en el Señor…¿Por qué sigo temiendo?
¿Es más fuerte el sentimiento del miedo que mi Señor?
Piénsalo y contéstatelo…si vives con temor, dentro del miedo o asustado; no tienes al Señor en tu corazón. Con Jesús todo es más fácil, no en el sentido que NADA te pasará, si no que la cruz se hace menos pesada, las dificultades se pasan, con paz y con fe de que saldrás venciendo. Dale la oportunidad de Ser Cristo quien te sostenga, te fortalezca, te de vida.
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