sábado, 6 de diciembre de 2014

Obediencia, reflexión en tiempos de adviento


Hace unos días escuche una charla de un hermano en Radio María que me dejó pensando mucho en la obediencia.
Estando en tiempos de adviento (espera y preparación para recibir como personas nuevas a nuestro amado niño Jesús) creo que es bueno comentar que pasa cuando no obedecemos siendo bautizados y es un tema para reflexionar en esta época.
La obediencia no es solo para niños o jóvenes. Creo que los adultos somos los que más desobedecemos los mandamientos de Dios y las reglas de convivencia en sociedad. Ejemplo sencillo: no obedecer las reglas de tránsito.
DEFINICIÓN DE OBEDIENCIA: El término obediencia (con origen en el latín oboedientĭa), está relacionado con el acto de obedecer (es decir, de respetar, acatar y cumplir la voluntad de la autoridad o de quien manda).
Y Dios le dio al hombre un mandamiento; le dijo: “Puedes comer todo lo que quieras de los árboles del jardín, pero no comerás del árbol de la Ciencia del bien y del mal. El día que comas de él, ten la seguridad de que morirás.” Génesis 2:16-17
A la mujer le gustó ese árbol que atraía la vista y que era tan excelente para alcanzar el conocimiento. Tomó de su fruto y se lo comió y le dio también a su marido que andaba con ella, quien también lo comió. Entonces se les abrieron los ojos y ambos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Cosieron, pues, unas hojas de higuera, y se hicieron unos taparrabos.  Génesis 3:6-7
Estas dos citas Bíblicas describen como comienza la desobediencia humana.
Hay un “poder” que nos dio Dios al crear al hombre y la mujer y es: el libre albedrío.
¿Por qué digo que es un poder? Porque es lo único en lo que Dios no puede ni opinar, ni dirigir, ni mandar. ¿Qué poder verdad? Y nos lo dio a nosotros, por amor.
Si Dios nos regaló algo tan valioso como el libre albedrío ¿Por qué somos tan desagradecidos? Porque tenemos el poder de decidir. En ti está escoger el camino a tomar en tu vida. Tus decisiones (buenas o malas) son tuyas, de nadie más. No importa quién te “tente a seguir un camino” (como lo hizo la serpiente con Eva) al final la decisión es tuya…y eso fue lo que hizo Eva…y eso fue lo que hizo Adán.
Siempre habrá alguien en tu vida que te dirá como romper las reglas y que te dirá que no pasa nada. Siempre estará la tentación, pero al final solo tu sabes cuando obras bien o cuando obras mal. Siempre he dicho que todo acto tiene una consecuencia y esa consecuencia tiene un responsable.
Creo que es tiempo de reflexionar. ¿Cómo llevas tu vida?
Los mandamientos de Dios son claros, no son negociables, ni caducan. Todo pasará, la palabra de Dios NO pasará.
Entonces ¿Por qué desobedecemos?, ¿Por qué hasta la Iglesia Católica está dividida?, ¿Por qué hay sectas, cultos, otras religiones?, ¿Por qué hay Ateos?, ¿Por qué el maligno conquista almas?, ¿Por qué llevo la vida que llevo?, ¿Por qué me enfermo?, ¿Por qué odio y tengo rencor?, ¿Por qué? ¿Por qué?
¡Porque así, lo quiero yo!, ¡Porque así, lo decidí yo!
Por mis decisiones, por mi libertad de ser, por no querer obedecer. Porque tengo el poder de decidir y si no me gusta algo, busco otra opción. Las opciones las inventamos nosotros para excusarnos de poder dejar de obedecer y no sentir culpa.
¿Qué le estamos enseñando a nuestros jóvenes y niños? Comencemos siendo consientes en que momentos damos el mal y el buen ejemplo.
Es momento de hacer un alto en nuestras vidas, reflexionar y con todo el corazón pedir al Espíritu Santo que despierte en nosotros nuevamente. Él no trabaja, si tú, no se lo pides.
La obediencia que nos pide Dios, es nuestra salvación, sin importar que te dice el mundo ahora. La obediencia a Dios es lo que determinará como seguimos nuestras vidas.
Dios nos dio sus reglas, nos lo dejó claro, nos dijo que hacer y que no hacer. No es como que tenemos que averiguar como vivir para ser salvos de todo mal. El “manual de vida” está al alcance de todos. Solo depende de ti; si lo quieres usar y seguirlo.
 Tiempo de esperar, tiempo de adviento, buen momento para iniciar una “nueva” vida con Cristo en tu corazón, nacer con Él y por eso te dejo meditando estas preguntas:
¿Cuándo desobedezco?
¿Por qué desobedezco?
¿Cuándo obedezco?
¿Por qué obedezco?

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